La meditación Vipassana es una antiquísima técnica de meditación, cuya popularidad se extendió gracias al mismo Sidharta Gautama (el Buda Sakyamuni), aunque su origen es bastante más antiguo. La Vipassana, si bien constituye una de las principales técnicas de meditación utilizadas en el budismo theravada, como práctica interior no tiene una finalidad religiosa, sino que constituye una maravillosa herramienta de observación y auto conocimiento.
A través de su práctica, la meditación Vipassana permite erradicar la ilusión de maya de nuestra mente, soltar las tensiones tanto físicas como psicológicas y volver a la esencia, a la quietud del ser sin nombre, sin conceptos. Como explica la Wikipedia, el objetivo filosófico de la Vipassana es alcanzar el Despertar, pero de un modo más práctico también se dice que ayuda a eliminar las tres causas principales del sufrimiento: el deseo, la ignorancia y la aversión.
Dentro de este trabajo interior, la respiración juega un papel fundamental, como canalizadora de la auto observación. Como expliqué en un artículo anterior, la respiración es el puente entre la conciencia interior y la exterior, por lo que todo trabajo de observación interna debe partir de la respiración. A través de la observación de la entrada y salida del aire, la mente puede centrarse en el Aquí y Ahora, estableciendo un estado más despierto de atención que permitirá observar más allá de los pensamientos y el ruido automático del ego. A partir de ahí, será posible la observación de los múltiples estímulos y la eliminación de las intoxicaciones de la mente, como explicó Buda.
La meditación Vipassana es una excelente técnica para la observación del «Yo soy»
La meditación Vipassana es una técnica muy exigente en realidad, pues requiere de una elevada concentración mental y, ante todo, una actitud y determinación adecuadas. Por ello Gautama habló, dentro del Noble Óctuple Sendero, de la Recta Actitud y la Recta Atención. Estas son dos cualidades imprescindibles para la observación interior. Y son atributos que, si queremos progresar en la práctica de la Vipassana, deberemos desarrollar. Una firme voluntad para emprender una práctica como esta es un requisito imprescindible, sin ninguna duda.
Veamos, muy a groso modo, cómo empezar a practicar la meditación Vipassana:
- Sentados en una posición cómoda, ya sea la postura del loto, con las piernas cruzadas o simplemente sentados en una silla con la espalda firme, debemos dirigir toda nuestra atención al flujo del aire por nuestro interior. Observamos cómo entra por las fosas nasales durante la inspiración, cómo recorre los pulmones y llena de vida todo nuestro cuerpo y, finalmente, cómo abandona nuestro cuerpo en la espiración. Durante este proceso, no sólo prestaremos atención a la respiración, sino también a todo cuanto sucede en nuestro cuerpo interno, observando sin juzgar las posibles tensiones, dolores o molestias que puedan surgir. Es preciso desarrollar una actitud de observación, pero nunca de juicio. Dejemos que el malestar, el dolor o la intranquilidad estén ahí. Observemos, vayamos más allá.

Dibujo de Avalokitesvara, el Bodhisattva de la Gran Compasión
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- Lo mismo debemos hacer con la mente y los pensamientos automáticos, que surgirán como olas incontroladas en el océano de la conciencia en un principio, pero no debemos dejarnos arrastrar. No se trata de luchar contra los pensamientos o tratar de reprimirlos de alguna manera. Es más bien al contrario: dejemos que fluyan, que pasen a través de nuestra atención, sin aferrarnos a ellos. El principal obstáculo para la paz interior es la identificación con el pensamiento, con ese personaje que aparentemente dirige las ideas y las palabras que surgen en la mente de un modo repetitivo y automático. Pero luchar contra el pensamiento por la fuerza bruta sólo conseguirá darle más poder, más fuerza. No se trata de represión, sino de observación. Como siempre me gusta decir, es preciso volver al origen, prestar atención a la mente antes del surgimiento del pensamiento.
- Observación sin juicio. Como decía en el punto anterior, ese es el camino para serenar la mente y el cuerpo y la meditación Vipassana confiere una importancia vital a este punto. Para ello, la respiración es un gran indicador: cuando la respiración se agita, se vuelve demasiado rápida o demasiado pesada, refleja la propia agitación interna, por lo que la observación de la respiración permite sacar a la luz esa tensión interna. Nuevamente, no se trata de intentar controlar la respiración y hacer que sea «perfecta», ni muy rápida ni muy lenta. Tampoco debemos perder la atención juzgando la respiración como «buena» o «mala». Simplemente se trata de observar, de dejar que se manifieste. Si la observación es adecuada, la respiración se adaptará a un ritmo tranquilo por sí sola, sin necesidad de hacer un esfuerzo físico de manera intencionada.
La base de la meditación Vipassana es la observación sin juicio de la respiración y de todo lo que sucede en nuestra mente, en nuestro cuerpo y en cualquier lugar de nuestra consciencia
Por supuesto, esto no es más que un mínimo esbozo de una técnica que requiere mucha práctica y tiempo para ser dominada plenamente. Pero mi intención es, a través de este artículo, hacer una presentación muy esquemática acerca de esta magnífica herramienta de autoconocimiento, que después cada cual podrá poner en práctica si lo desea. He de reconocer, en este caso, que la meditación Vipassana es una de mis técnicas favoritas y su práctica aporta beneficios tanto físicos como mentales a cualquier persona. Especialmente en la sociedad actual, donde el ritmo de vida se vuelve cada vez más vertiginoso y el estrés y la ansiedad parecen ser los grandes males de nuestro tiempo, recuperar un poquito de paz interior a través de técnicas como la meditación Vipassana es una muy buena alternativa para recuperar la calma mental.
En mi libro La Verdad en Ti Mismo, a lo largo del capítulo 3, titulado «El Silencio y la Observación», trato algunos temas muy relacionados con la observación interior, tal como la trata la meditación Vipassana. Y he de reconocer que su práctica ha sido una gran inspiración para mi, desde hace ya muchos años. Por eso es la técnica que suelo recomendar habitualmente a las personas que quieren profundizar en la práctica de la meditación. Y, por supuesto, para ir más allá en el conocimiento de la meditación Vipassana, también recomiendo leer el libro de S.N. Goenka: Meditación Vipassana, el arte de vivir, que es mi favorito sobre este tema.
Por supuesto, quienes estéis interesados en practicar alguna técnica como la meditación Vipassana, o desarrollar el trabajo de la respiración y la observación interior, podéis poneros en contacto conmigo, pues comenzaré a organizar cursos y seminarios en los próximos meses.
¡Gracias por vuestro tiempo!