A menudo, cuando hablo sobre el despertar con las personas que me rodean, surgen una serie de preguntas recurrentes: ¿qué es la iluminación? ¿existe la vida después de la muerte? ¿Cómo podemos eliminar el sufrimiento? Estas son las mismas preguntas que el ser humano se ha hecho desde tiempos remotos y que parecen no tener nunca respuesta. En ocasiones me suelen decir que están cansados, que cuantas más respuestas parecen encontrar, más dudas asaltan sus mentes, como si su inquietud nunca tuviese fin. Pero la causa real de su cansancio es la misma de siempre: están buscando una respuesta mental, tratando de comprender el mundo que «les rodea» y darle algún tipo de sentido.
La Gran Duda es el principio del despertar
La Gran Duda no es una cuestión o una pregunta concreta. Es más bien una intuición: ¿es real tu existencia, tu mundo, tu historia? Cultivar la Gran Duda es comenzar por el principio:¿Estabas presente el día de tu nacimiento? ¿Cuándo comenzó tu existencia? ¿Es cierto todo lo que has estado dando por hecho durante toda tu vida?
Vivimos en un mundo regido por una serie de convencionalismos que, aparentemente, son inalterables: que eres una persona, de cierta edad, con un nombre, que nació un día determinado y morirá en un momento futuro… ¿Quién dice eso? ¿Te lo has planteado? Todo tu mundo parece girar en torno a una serie de ideas que siempre han estado ahí y con las que has dado forma a una entidad «permanente en el tiempo», a un yo al que le «pasan las cosas». Descubre qué es ese yo, cuál es su verdadera esencia y todas la preguntas relacionadas con su mundo, su historia, su nacimiento y su muerte habrán quedado respondidas de inmediato. Pero sólo podrás hacerlo mediante la atención, a través de la experiencia directa, pues cualquier idea o respuesta lógica sólo será más de lo mismo: ruido mental.
Te daré una pista: si quieres encontrarte a ti mismo, deberás abandonarlo todo: tu historia personal, lo que crees que eres, lo que sabes del mundo, de la vida y de la muerte. Todo son sólo ideas y más ideas mentales. Cultivar la Gran Duda es eliminar el apego a una historia que reside sólo en tu memoria, ser valiente y reconocer la realidad: que todo cuanto crees saber o conocer es irreal. Sólo desde ese punto podrás conocerte de verdad.