Es muy habitual que las personas se quejen del mundo que les rodea y de lo «dura que es la vida». El universo entero parece conspirar contra ellas, evitando que puedan alcanzar sus objetivos. Da igual si se trata de una gran meta en la vida o si es una cuestión sencilla, el caso es que el mundo entero parece ir en contra de sus sueños. Sin embargo, si observamos un poco, veremos cómo el comportamiento del «yo soy» busca precisamente mantener ahí esa insatisfacción, porque el papel de víctima le permite crear toda una historia personal de sufrimiento y desgracias que, en último término, consolidan su estatus de «real». Por eso, si cambia tu mirada, cambiará el mundo que te rodea o, al menos, tu percepción acerca de él.
¿Cómo puedes dejar de ser tan desgraciado? Sólo existe una manera: contemplando el mundo con una mirada nueva. Si quieres que el mundo cambie, haz las cosas de una manera diferente. Como reza el título de este artículo: cambia tu mirada para poder cambiar el mundo. Crea una nueva relación con él, en la que no haya dualidad, donde no existan los vencedores ni los vencidos. De la aceptación nace el verdadero entendimiento.
Cambia tu mirada y tu relación contigo mismo y cambiará tu relación con la vida
Piensa en una situación que te haya hecho especialmente infeliz en el pasado. ¿Cuál fue tu reacción? ¿Fuiste capaz de aceptarla y dejar que se manifestase, sin identificarte con tu papel de víctima? O, por el contrario, ¿te sentiste sumamente desgraciado por lo mal que te trató la vida
en esos momentos?
en esos momentos?
Si tu reacción fue la segunda y te sentiste muy desgraciado, ¿cuál fue la causa real? ¿Era la situación realmente tan importante para ti? Sentirte mal y culpar a alguien o algo de tu desgracia, ¿te ayudó a solucionar la situación? Evidentemente no.
Con esta breve reflexión sólo quiero traer tu atención a un hecho que quizá pasa desapercibido en muchas ocasiones: el papel de víctima genera apego e identificación, reforzando al «yo soy» en su sentido de dualidad y su rechazo a la verdad última sobre sí mismo: que tan sólo es una idea, un pensamiento. Seamos claros: tu historia personal tiene fecha de caducidad. Da igual el éxito que tengas en la vida, o lo lejos que consigas llegar persiguiendo tus sueños. El final es inevitable. Acepta esto con humildad y reconoce que el «yo soy» es pasajero, sólo una mota de polvo más en el universo. ¿Realmente son tan importantes sus preocupaciones?
No existe nada como un «yo desgraciado». Renuncia a él y comienza a vivir de verdad
Existe una gran noticia en todo esto: No existe esa «vocecita» que parece sufrir tanto, que protesta ante todo lo que pasa a tu alrededor. Tan sólo es un pensamiento, tan efímero como cualquier otro. Cambia tu forma de mirarlo, aprende a prestarle verdadera atención y perderá su poder sobre ti. Acepta todo cuanto suceda, independientemente de si es bueno o malo para ese «yo». En realidad, las cosas no te están «pasando a ti».
Las cosas suceden, sin más. La vida se despliega espontáneamente, en una danza sin fin, pero el
«yo» no es ni mucho menos el centro del universo. Deja de mirarle
solo a él.
«yo» no es ni mucho menos el centro del universo. Deja de mirarle
solo a él.
Observa el mundo más allá del filtro del pensamiento, sin expectativa y sin juicio. No busques nada de la vida. No le pidas nada ni esperes nada. No hay nada que alcanzar, estás exactamente en tu lugar, Aquí y Ahora. Abraza el vacío infinito del Ser, sin lucha, sin conflicto, sin quejas. Cuando dejas de mirar el mundo a través del «yo», puedes verlo a cada instante con una mirada nueva, lejos de la historia personal y el sufrimiento inconsciente. Sólo así podrás ser consciente de la maravillosa creación que se despliega ante ti a cada instante y solo así podrás dejar de ser el sufrido «yo» para ser algo que no tiene nombre ni forma, algo que no tiene límites, ni principio ni fin, tu verdadero Ser. Cambiar tu mirada, si quieres que cambie el mundo que te rodea.