Desde los inicios de este blog, son muchas las ocasiones en las que he hablado de las cuatro nobles verdades del budismo, como eje central del dharma. Pero, como es lógico, una de las preguntas más habituales en relación a este tema es: ¿cómo podemos aplicar las cuatro nobles verdades en el día a día?
Hoy quiero darte un punto de vista sencillo y muy práctico al respecto, que espero que te ayude en la búsqueda de la paz interior.
¿Cuáles son las 4 nobles verdades del budismo?
Ya hablé de este punto hace varios años, en una entrada sobre el noble óctuple sendero, pero creo que es conveniente profundizar un poco más acerca de las cuatro nobles verdades, para poder ver cómo aplicarlas en nuestra vida diaria.
1. La noble verdad de la existencia del sufrimiento (Dukkha).
Son muchos los nombres que utilizamos para referirnos al sufrimiento, malestar, dolor, angustia o como queramos llamarle. Aplicar las cuatro nobles verdades en el día a día debe pesar, antes de nada, por ser conscientes de la existencia del sufrimiento, en todas sus vertientes.
En el libro de La Verdad en Ti Mismo trato varias veces este punto, desde muy distintos enfoques, pero siempre con un matiz que creo que también es importante destacar aquí. El dolor físico, la enfermedad, la vejez e incluso la muerte, son sucesos físicos inevitables en muchas ocasiones. Pero cuando hablamos de Dukkha, como el sufrimiento o la angustia del ser humano, nos referimos a la parte mental y personal de ese sufrimiento.
Como explicó Buda, los cinco agregados del apego a la existencia son la manifestación del sufrimiento:
- El agregado cuerpo y forma (rûpa), junto con la imagen mental o autoimagen de uno mismo, son sufrimiento.
- Los sentimientos y las sensaciones (vedanâ), originados por nuestras reacciones ante los estímulos de los cinco sentidos y la inercia mental, son sufrimento.
- La percepción y la memoria (sangñâ), origen de los pensamientos e ideas, también son sufrimiento.
- Los cuatro estados mentales (samskâra) son otra forma de sufrimiento. La reacción ante los estímulos y la inercia mental nuevamente se manifiestan a través de estos estados mentales.
- La consciencia volátil (vingñâna), es el último de los 5 agregados. Es el movimiento continuo de juicio, rechazo y apego a determinados objetos mentales, que capta la atención y provoca la identificación con el «yo soy».
2. La noble verdad de la existencia del origen del sufrimiento (Samudaya).
De un modo general, se suele decir que el deseo es la causa del sufrimiento. Sin embargo, esta noble verdad profundiza y va mucho más allá. Buda asoció el deseo con 3 manifestaciones principales: el deseo sexual, el deseo por la existencia y el deseo por la no existencia. El primero y el segundo llevan al apego, a aferrarse a aquello que nos gusta o nos resulta agradable, mientras que el tercero lleva a la conducta autodestructiva y al juicio, tanto con uno mismo como con lo que nos rodea.
El deseo sexual se asocia con los 6 objetos de los sentidos. El deseo por la existencia se asocia con el deseo de nacer y renacer, por llegar a ser o con alcanzar determinados estados de existencia. Y finalmente, el deseo por la no existencia se refiere al deseo de aniquilación, por terminar con la existencia o con cualquier cosa que no resulta agradable al «yo».
3. La noble verdad de la cesación del sufrimiento (Nirodha).
La principal clave aquí, a la hora de aplicar las cuatro nobles verdades en el día a día, es la observación. Ser capaces de ver el sufrimiento, en todas sus vertientes, es la base para poder avanzar en su superación. Tomar consciencia plena de esto es el primer paso para la liberación interior.
Según el dharma transmitido desde los tiempos de Siddartha Gautama, la extinción del sufrimiento se alcanza a través de la práctica de 5 herramientas principales: estudio, contemplación, evaluación de la realidad, reflexión y meditación. Es decir, que sólo mediante la atención despierta podremos ver más allá de los objetos de los sentidos y de los 5 agregados, para ser conscientes de que el sufrimiento también es algo pasajero y efímero.
4. La noble verdad del camino que conduce a la cesación del sufrimiento (Magga).
El camino que lleva a la cesación del sufrimiento es el noble sendero óctuple, que reúne los principales principios del budismo que permitirán aplicar las cuatro nobles verdades en el día a día. Sus tres secciones principales son: recto discernimiento (pañña), recta moral (sila) y recta concentración (samadhi).
Y esttos serían los ocho puntos del óctuple sendero:
- Recto punto de vista.
- Recta intención.
- Recto discurso.
- Recta acción.
- Recto medio de vida.
- Recto esfuerzo.
- Recta atención.
- Recta concentración.
No entraré aquí en el desarrollo de cada uno de los puntos por separado, pues no es el objetivo de este artículo. De hecho, en próximas entradas profundizaré en cada uno de ellos por separado, luego sirva aquí su simple enumeración como exposición inicial.
Aplicando las cuatro nobles verdades en el día a día de forma sencilla
Tras introducir brevemente las cuatro nobles verdades, ahora toca responder a la pregunta inicial de este artículo: ¿cómo podemos aplicar las cuatro nobles verdades en el día a día? La respuesta sería mucho más profunda y extensa de lo que aquí voy a exponer, pero quiero proponerte una serie de puntos que te ayudarán a mejorar tu nivel de atención y a profundizar por ti mismo en la búsqueda de la paz interior.
- En primer lugar, sé siempre consciente de ti mismo y del mundo que te rodea. Puede parecer una cuestión de perogrullo, pero la inercia mental impide a menudo que seas consciente de la realidad del momento presente. Recuerda: sólo existe un momento, Aquí y Ahora. Centrar tu atención en ello te ayudará a ver cómo surge la inercia mental y ese será el primer paso para tomar el control de tu mente y dejar de vivir reaccionando «a ciegas» a cuantos pensamientos surgen ante cada situación.
- Deja atrás las expectativas. Este punto es muy importante si realmente quieres aplicar las cuatro nobles verdades a tu día a día. La propia expectativa de «llegar a ser» o de «alcanzar algo» te aleja de la quietud interior. Hablaré de ello en una próxima entrada, porque es uno de los temas más interesantes a desarrollar si queremos aplicar las cuatro nobles verdades en el día a día.
- Abandona la idea de separación. No existe un «mundo perfecto» cuando estás consciente y un «mundo imperfecto» cuando te dejas arrastrar por la inercia mental. La realidad es sólo una y se manifiesta Aquí y Ahora. Da igual lo que estés haciendo en este momento, cada instante cuenta. Tampoco generes separación entre tu espacio interno y el externo, porque no la hay.
- Centra tu atención en el «yo soy». Sé consciente de cómo surge y se desvanece, casi a cada instante. Y sé consciente de cómo reacciona ante los estímulos de manera predecible y aprendida. Sus reacciones siempre se basan en la memoria y en la proyección de futuro.
No quiero extenderme más en este momento. En próximos artículos desglosaré cada una de las cuatro verdades y las analizaré de manera práctica, siempre desde mi experiencia personal. No pretendo crear un dogma, ni darte una verdad absoluta. Recuerda, siempre podrás encontrar la verdad en ti mismo.
Por último, quiero plantearte una cuestión: ¿te gustaría que tratase algún punto concreto en la sección de este blog de budismo? ¿Te gustaría colaborar con tu propia experiencia? Déjamelo en comentarios o escríbeme en mi página de Facebook.