Caminando por la calle, o sentado en el metro, por ejemplo, es muy fácil observar a las personas y su estado mental. La mayoría de ellas viven absortas en sus pensamientos, casi sin ser conscientes del mundo que les rodea. Otras «ocupan su tiempo» con cualquier tipo de distracción que les permita estar «entretenidas». Es algo muy significativo en realidad, porque pone de manifiesto la verdad que hay más allá de ello: el «yo» no puede existir aquí y ahora. Necesita tiempo, necesita un objetivo, un camino. Aquí y ahora no hay historia personal, por eso la mente se «distrae» con pensamientos y pasatiempos que evitan ver esa realidad: que la persona no es más que un recuerdo, una idea.
Vivir en el pasado te aleja de la realidad
Cuando hablamos de la historia personal, ¿a qué estamos haciendo referencia? A un conjunto de ideas y recuerdos que, a lo largo de los años, has convertido en tu identidad. Has vivido ligado a un nombre y a su historia, moldeándola a través de una vida de sufrimiento y desconfianza hacia el mundo. Pero, ¿dónde está la raíz de ese sufrimiento? Precisamente en su propio origen: creer que eres un nombre y una forma, un «yo pequeñito» en medio de un mundo ajeno.
Sin embargo, hay una buena noticia: no tienes por qué preocuparte de lo que has hecho, de lo que has pensado o de cuánto has sufrido en el pasado. No dejes que esa historia de dolor se convierta en tu cárcel. Y por supuesto, no te juzgues por haber vivido así. Al revés, todo es mucho más sencillo: deja atrás el pasado, abandona los juicios y los miedos. Vive aquí y ahora, donde no existe ese «yo» al que te habías atado; donde no hay una historia personal que defender, llena de drama y tragedia.
El Big Bang del Universo se produjo en el único momento que existe: Aquí y Ahora |
Deja que el mundo nazca ante ti
Cuando observas el mundo desde tu historia personal, usas una mirada vieja, del pasado, imperfecta. Ahí sólo verás sufrimiento, porque tu historia se desmorona y tu mundo poco a poco está desapareciendo. Si te quedas en el pasado, nunca serás libre, pues serán tus miedos y tus recuerdos los que pensarán por ti.
Pero si miras al mundo con una mirada nueva, aquí y ahora, verás que el universo entero se despliega ante ti por primera vez. No hay pasado, ni futuro. No tengas expectativas, ni esperanzas basadas en la supervivencia del «yo soy». Sólo esto: aquí y ahora. Deja que la vida nazca ante tus ojos, sin buscar nada, sin pedirle nada. Ya eres todo cuanto necesitas, ya estás donde debías llegar, ya eres libre. Sólo necesitas vivirlo, experimentarlo, para no volver a tener miedo.