Hoy en día, la palabra autoayuda nos resulta muy familiar a todos, ¿verdad? Estamos acostumbrados a ver, en cualquier librería, secciones de libros catalogados como «autoayuda». Pero, aunque la palabra suene tan conocida, creo que el significado que se le atribuye no es exactamente el que a priori debería transmitirnos. Si te preguntas qué es la autoayuda, seguramente te vengan a la mente libros que hablan de cómo ser feliz, cómo dejar de pasarlo mal por traumas pasados y cosas similares, ¿verdad? Pero déjame decirte que, si bien esa idea no va desencaminada en el fondo, conviene mirar el asunto con un poco más de perspectiva…
Empecemos por el principio: ¿autoayuda no debería implicar «ayudarse uno mismo»?
Parece una simplificación muy evidente, pero quiero que prestemos atención a este asunto en primer lugar. Si queremos responder a la pregunta de qué es la autoayuda, en principio deberíamos hablar de que hace alusión a la manera de ayudarnos a nosotros mismos a sentirnos mejor y vivir con una mayor paz interior. De hecho, esa es la clave: que sólo tú puedes ayudarte a superar tus fantasmas mentales. Sólo tú puedes escoger dejar de generar sufrimiento en cada pensamiento, en cada hecho, en cada situación. Porque no lo olvides: sólo tú vives tu vida. Nadie puede vivir por ti, ni «meterse en tu piel» para hacer lo que tú tengas que hacer. Nadie puede decirte qué es estar despierto, o qué es estar en paz, porque sólo puedes descubrirlo por ti mismo.
Desde este punto de vista acerca de qué es la autoayuda, es más que evidente que un libro que se catalogue dentro de esta categoría, así como un maestro o alguien que quiera ofrecer un servicio relacionado con esta temática, debería centrar sus esfuerzos en ayudarte a que tú mismo des los pasos que debas dar y tú mismo te reconcilies con lo que eres, aquí y ahora. Porque sólo tú puedes estar en paz contigo mismo, no lo olvides.
Dependencia de alguien no es sinónimo de autoayuda
Este es, para mi, el gran filtro que debemos aplicar para distinguir qué es la autoayuda y qué no. Seguro que, sin hacer un esfuerzo demasiado grande de memoria, te vienen a la mente diferentes «maestros» a los que has tenido acceso a lo largo de tu vida. Puede ser a través de un libro, de un curso, de una charla, de una terapia… Y estoy seguro también de que, en muchos casos, el avance hacia sus promesas era siempre paulatino: diferentes niveles, grados o como queramos llamarle. Siempre hay un nuevo curso, una nueva etapa o una nueva fase de la terapia.
Y no sólo eso, la sensación de necesitar avanzar, de llegar más lejos puede llegar a convertirse en una presión psicológica por sí misma. Es así como surgen los llamados «buscadores», que siempre están haciendo nuevos cursos, acudiendo a nuevas terapias… en definitiva, encontrando nuevas excusas para no estar en paz consigo mismos en este preciso momento. Piénsalo por un momento: si siempre necesitas ir más lejos, conseguir más logros, subir más niveles en esa «escalera cósmica de la iluminación», ¿cuándo terminará todo? ¿En un futuro del que no tienes más referencias que la supuesta experiencia de quien te lo está prometiendo? ¿Es acaso su historia personal un motivo suficiente para que dejes de pensar por ti mismo, de buscar tu propia verdad y conocerte tal como eres de verdad?
Con esto no quiero decir que todos los cursos ni todas las terapias sean algo malo, ni mucho menos. Cada día, miles de personas en todo el mundo aprovechan los beneficios de seguir determinadas técnicas o terapias que, de uno u otro modo, podríamos catalogar como de autoayuda. Y, cuando surge esa aspiración al despertar, esa inquietud interior, son muchas también las personas que comienzan a tener una nueva perspectiva hacia si mismos gracias a este tipo de contenidos. Pero, si somos sinceros y queremos ir un poco más allá, debemos dar una respuesta diferente a qué es la autoayuda realmente: es, ante todo, un camino de regreso a uno mismo, una forma de aproximarte a lo que ya eres en todo momento.
Agradece la ayuda que te prestan, aprovecha su sabiduría, pero diseña tu propio camino
Esta es mi respuesta a la pregunta de qué es la autoayuda. Existen muy buenos textos, maestros muy útiles y terapias que, en un momento dado, te pueden ayudar a solucionar determinadas circunstancias de tu vida. Y también existen muchas herramientas y técnicas que pueden facilitarte el adquirir esa nueva visión acerca de ti mismo, más abierta, más amable, más tranquila. Aprovecha todo este potencial y sácale partido, ¡por supuesto que si! Pero no lo conviertas en una rutina. No te conviertas en un «buscador profesional» de la felicidad o del bienestar.
Ten clara una cosa: ya eres completo en este momento. Ya eres lo que tienes que ser y ya estás donde debes estar. Todo el potencial para descubrirte a ti mismo está ante ti, Aquí y Ahora. Y precisamente ese debe ser el objetivo de la autoayuda: ayudarte a tomar consciencia de este hecho. Darte las herramientas y los medios para que puedas cambiar tu perspectiva acerca de ti mismo y del mundo que te rodea. Pero es sólo eso, una herramienta. No es el fin en sí mismo.
Este es uno de los motivos que me llevó a abrir este blog y, posteriormente, a escribir mis libros La Verdad en Ti Mismo y ¿Dónde Está Tu Verdad? Ofrecer una visión diferente acerca de la llamada autoayuda: una en la que tú eres el protagonista de tu propia búsqueda. Tú tienes la responsabilidad y el potencial. Yo sólo te acompaño, si lo deseas. Tan sólo eso, Aquí y Ahora.
Ha llegado la hora de que comiences a vivir la vida a tu manera. Nadie te va a juzgar. Nadie te va a decir cómo debes vivir tu vida. ¿Estás dispuesto a dar el paso? ¿Estás dispuesto a perderlo todo? Sólo tú tienes la respuesta.
Extracto del libro ¿Dónde está tu verdad?