Entre los textos más enigmáticos y profundos del Vedanta Advaita se encuentra la Mandukya Upanishad, un tratado breve pero impactante que explora los estados de la conciencia humana y su conexión con el Atman, el Ser. Aunque consta de apenas 12 versos, la Mandukya Upanishad ofrece una síntesis filosófica de la no dualidad y una guía práctica hacia la autorrealización.
Este artículo profundiza en su mensaje esencial, sus cuatro estados de conciencia y cómo aplicarlos en la meditación y la vida cotidiana para reconocer la realidad última
¿Qué es la Mandukya Upanishad?
La Mandukya Upanishad es una de las principales Upanishads del hinduismo, asociada con la escuela del Vedanta Advaita. Según Gaudapada y más tarde Adi Shankaracharya, esta Upanishad por sí sola es suficiente para alcanzar la liberación.
Su enfoque gira en torno al análisis de la sílaba sagrada OM y los cuatro estados de conciencia: vigilia (jagrat), sueño (svapna), sueño profundo (sushupti) y turiya, el cuarto estado, trascendente.
La sílaba OM: el símbolo de lo absoluto
La Upanishad inicia con la afirmación de que OM es el todo. Este sonido sagrado no es solo una palabra o mantra, sino un símbolo que representa el universo entero y también al Ser.
- A (vigilia): representa la conciencia exterior.
- U (sueño): representa el mundo interior de los sueños.
- M (sueño profundo): simboliza el estado sin pensamientos.
- Silencio tras OM (Turiya): representa la conciencia pura, más allá de toda dualidad.
Este análisis es tanto metafísico como práctico: meditar en OM es meditar en el Ser.
Mandukya Upanishad y los 4 estados de conciencia
Primer estado: Vigilia (Jagrat)
En este estado, estamos identificados con el cuerpo físico y el mundo externo. Nuestra conciencia opera a través de los sentidos. Es el estado más común y, sin embargo, también el más ilusorio si creemos que es el único real.
El error común es pensar que lo que percibimos es la realidad absoluta. La Mandukya Upanishad nos invita a ver que este estado es solo uno de los muchos velos de la conciencia.
Segundo estado: Sueño con imágenes (Svapna)
En el sueño, el cuerpo está inmóvil, pero la mente sigue activa. Creamos mundos internos, pero creemos en ellos mientras soñamos.
Este estado simboliza cómo la mente crea realidades ilusorias incluso sin estímulos externos, revelando que la mente no necesita del mundo para fabricar experiencias. Aquí comprendemos que gran parte de nuestra vida diaria también está coloreada por proyecciones mentales. Te recomiendo al respecto este artículo sobre la historia personal.
Tercer estado: Sueño profundo sin sueños (Sushupti)
En este estado no hay pensamientos, imágenes ni deseos. La conciencia parece “desaparecer”, pero sigue presente como potencial puro.
Aunque la mayoría no recuerda este estado, se experimenta como paz, descanso total, ausencia de sufrimiento. La Upanishad lo considera una clave hacia la verdad: allí no hay dualidad, ego ni mundo.
Cuarto estado: Turiya, la conciencia trascendental
Turiya no es un estado en sí mismo, sino la base de todos los demás. Es la conciencia pura que observa los otros tres estados sin identificarse con ninguno.
- No es vigilia, sueño ni sueño profundo.
- Es no dual, inmutable, sin forma.
- Solo se puede “ser”, no conocer con la mente.
Este estado es la meta del Vedanta Advaita. Reconocer turiya es reconocer que ya somos conciencia pura, y que todo lo demás es impermanente.
Aplicación práctica de Mandukya Upanishad en la meditación y el día a día
Meditar sobre los estados de conciencia propuestos en la Mandukya Upanishad puede ser profundamente transformador:
- Observar la vigilia: ¿cómo operan los sentidos, qué creencias la sustentan?
- Observar el sueño: recordar sueños, analizarlos como proyecciones de la mente.
- Atender al sueño profundo: reconocer el deseo de descanso, el anhelo de silencio.
- Contemplar turiya: más allá de toda experiencia, ¿quién es el que está presente en todos los estados?
El meditador avanza no tanto hacia turiya, sino desde él: cada vez que reconoce que no es el cuerpo, la mente ni la historia, está recordando su verdadera naturaleza.
Vivir desde turiya no es evadir el mundo, sino verlo como una manifestación de la conciencia, sin aferrarse. Implica:
- No identificarse con pensamientos.
- Actuar desde la presencia, no desde el deseo.
- Reconocer que todo estado viene y va… menos la conciencia que los presencia.
La Mandukya Upanishad nos dice: no necesitas esperar el despertar, ya eres el despertar.
Conclusión: la Mandukya Upanishad es una puerta hacia ti mismo
La Mandukya Upanishad, en su brevedad, contiene una enseñanza completa sobre la naturaleza de la conciencia. A través de la comprensión de los estados de vigilia, sueño, sueño profundo y turiya, revela que la verdad no está en el cambio, sino en el fondo inmutable de todos los cambios.
Esta Upanishad no solo invita a reflexionar, sino a despertar. Porque lo que tú eres —antes de todo estado, de toda historia, de todo pensamiento— es eterno, pleno y libre.
Y no se encuentra viajando a otro lugar, sino aquí, ahora, en el silencio que queda cuando todo se ha dicho.