He hablado en las últimas entradas acerca del vacío, del silencio de fondo que hay tras todo lo que existe. Pero no basta con entender las cosas mentalmente, sino que la vía hacia el despertar debe nacer de la experiencia.
Observa el silencio de fondo
Prueba esta sencilla práctica: cuando hables con una persona, presta atención al silencio subyacente tras las palabras. Sé consciente del espacio en el que tiene lugar el diálogo: verás cómo ese espacio no se ve alterado por lo que sucede, ni por las opiniones o los sentimientos que surgen como reacción a las palabras. No te dejes llevar por esa cadena de reacciones a los estímulos internos y externos. Observa ese espacio vacío de fondo… presta verdadera atención y algo habrá cambiado en ti, pues ya no estarás limitado por la rutina mental.
Esta observación no significa que no debas participar en la conversación, ni «aislarte» del mundo. No tienes por qué huir a ninguna parte. De hecho, no hay ningún sitio a dónde ir, pues todos los lugares, formas y nombres existen únicamente en la mente. Observa esto, aquí y ahora, no necesitas hacer nada más.
Dibujo del Buda Sakyamuni meditando bajo el árbol Bodhi. |
Dirige tu atención más allá de las palabras y el ruido, sea éste interno o externo. Aprende a ser consciente del silencio, abraza esa nada que hay tras todo lo que existe y habrás llegado al lugar en que siempre has estado, al origen y al fin del universo, al Ser sin características.