A menudo encuentro «por el mundo» numerosas personas que, aparentemente, están «casi despiertas» y han alcanzado grandes estados de conciencia o están realizando cursos a niveles muy elevados de espiritualidad o, mejor todavía, han encontrado el camino hacia la felicidad. Por supuesto, su deseo de progreso es lícito y plausible y, si realmente eso les sirve para vivir más tranquilos/as y sentirse bien consigo mismos, estarán aprovechando muy bien su tiempo.
Pero lamentablemente, en todos los casos, al más mínimo estímulo externo, el sufrimiento se hace notable en ellos y es cuando el «curso mágico» ha dejado de servir, o cuando el camino hacia la felicidad parece no terminar nunca. La «mala noticia» en este caso es que no existe algo así como un «despertar por etapas», ni existe la técnica infalible o el curso que te vaya a despertar por arte de magia. De hecho, nada ni nadie te puede llevar a despertar «poco a poco». Sólo existe un lugar y un tiempo en el que despertar: aquí y ahora. El Ser está fuera del tiempo y los procesos, luego la iluminación no llegará en el futuro. Sólo puede llegar en el único momento que existe, lo único que realmente tienes: aquí y ahora.
El Vacío del Ser, igual que el universo infinito, están más allá de la comprensión de tu mente. Sólo mediante la experiencia directa podrás reencontrarte contigo mismo |
Mirar a otro lado no te servirá de nada
Existe un requisito inevitable si uno aspira al despertar real: la sinceridad absoluta. No sirve de nada engañarte a ti mismo pretendiendo aparentar que «estás muy despierto», que «ya lo sabes todo» o que estás en una paz interior que sabes que no es cierta. Por mucho que intentes engañar al resto del mundo, sabes bien que no es así.
Por supuesto, tampoco te servirá de nada la falsa resignación, ni dejar que las cosas pasen, mirando a otro lado y esperando a que vengan tiempos mejores. No te escudes en que «tienes muchas cosas que hacer» o «tienes muchas responsabilidades», porque eso no aliviará tu sufrimiento. Tampoco abraces frases auto-indulgentes del tipo «mientras estemos aquí, en este mundo, habrá que aguantar… ya vendrán tiempos mejores». No llegará el despertar en el futuro, cuando todo sea más fácil, porque no existe ningún futuro. Afróntalo aquí y ahora, pues no tendrás otro momento.
Sé valiente y sincero, afronta la realidad en este preciso momento y quizá descubras que tantas vueltas, tantos rodeos y tantas huidas no tenían ningún sentido. Escúchate, observa qué pasa realmente dentro de ti, abraza el vacío de tu Ser sin miedo, sin duda y sin excusas. Acepta la incertidumbre, lo desconocido, acepta tu indefensión y tu fragilidad ante la inmensidad inabarcable de ese vacío del Ser, de esa nada que contiene todo cuanto existe. Afróntalo con honestidad, sin mirar a otro lado y sólo así, quizá, serás capaz de ver la Realidad tal cual es, sin juicios, sin miedos, sin sufrimiento. Ahí ya no necesitarás mentirte ni jugar a ser alguien. Todo estará bien, en su sitio.