En anteriores posts ya he hablado de las Gunas, las cualidades que rigen la materia y el universo físico, según el hinduismo. Una vez analizadas Tamas y Rajas, hoy voy a hacer una breve introducción a Sattva, la Pureza.
Sattva: la pureza y el equilibrio
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Imagen de la Sagrada Trinidad Hindú (Trimurti): Brahma, el Creador, Shiva, el Destructor y Vishnu, el Equilibrador. Estos tres dioses representan a la perfección el ciclo natural de creación, destrucción y conservación de la materia. |
Sattva representa el equilibrio inherente a la naturaleza material. La serenidad y el equilibrio están en todo y, más allá de la inercia y la energía, la creación y la destrucción, existe un fondo de calma, más sutil y difícil de percibir, pero no por ello menos real. Si observas el mundo con una perspectiva general, en lugar de centrar tu atención en los detalles del día a día, verás cómo existe esta paz de fondo.
Las fuerzas naturales que rigen el cosmos, con sus millones de estrellas, galaxias y agujeros negros, no impiden que el universo en su conjunto guarde un perfecto equilibrio y cada cosa permanezca en su sitio. En nuestro sistema solar, por ejemplo, bastaría con que un sólo planeta se desviara de su órbita para que todo el sistema colapsara y acabase destruyéndose y, sin embargo, durante millones de años todo ha permanecido exactamente donde debía estar. Por no hablar de las increíbles «casualidades cósmicas» que deben tener lugar para que aparezca la vida en un lugar exacto, con las condiciones idóneas y precisas, como es el caso de la Tierra.
El yoga busca constantemente encontrar esta paz y esta serenidad en el mundo, más allá de los pensamientos y las acciones compulsivas. De ahí la importancia de observar qué sucede más allá de la mente, volver al origen de las cosas y contemplar cómo surgen y desaparecen en un fondo de quietud inalterable.
Por supuesto, Sattva es también una Guna y, como tal, debe ser finalmente trascendida al igual que Tamas y Rajas. Pero la integración de las tres en un todo es la clave, sin rechazar ninguna de ellas ni crear separación o dualidad. Esa es la clave para ir más allá de la mente y ver la realidad tal cual es: ilimitada, inalcanzable, inalterable y no dual.
Tamas, Rajas y Sattva se retroalimentan en una danza sin fin
Encontrar Sattva en el día a día es la clave para trascender la separación
Como decía antes, Sattva representa el equilibrio, la pureza y la sutileza inherentes a la materia.
Más allá de la inercia (Tamas) y la actividad (Rajas), existe siempre una tendencia al equilibrio, a la unión de los extremos. Es la más sutil de las tres gunas y no siempre resulta fácil de percibir para la mente pensante pero, si miramos al mundo con una perspectiva mayor, veremos que siempre existe una calma, una quietud de fondo que sostiene al ruido externo de todas las cosas.
El proceso del despertar es un camino de doble sentido: del interior hacia el exterior y viceversa. De hecho, el mundo exterior es el mejor campo de pruebas para alcanzar el equilibrio interior. Las tres gunas representan una maravillosa forma de expresar este equilibrio: ser capaz de ver y comprender la unión de Tamas, Rajas y Sattva en la naturaleza y en el mundo material es un buen ejercicio para trascender los extremos y ver más allá de la historia personal.
Observa cómo
el mundo material nace y muere a tu alrededor, en una danza sin fin. Todo se crea y se destruye de forma fugaz, como podemos ver en los ciclos de la naturaleza: las estaciones, el día y la noche, los desastres naturales, el movimiento de las mareas… y más allá de todo ello, el universo entero alberga un equilibrio perfecto.
Pero también puedes ver este equilibrio en tu propia mente. Los pensamientos surgen y desaparecen, las ideas vienen y van, pero a pesar de todo, el fondo de todo eso es inalterable. El arte del despertar está en ser capaz de integrar los opuestos: quietud y movimiento, acción e inacción, nacimiento y muerte. Observa el silencio entre pensamientos, la nada existente entre sentimientos y emociones, el fondo de todo lo que surge en tu mente y verás cómo existe un equilibrio, una serenidad que hace que todo permanezca en su sitio.
Está en tu propia naturaleza, es inherente a ti, no puedes evitarlo.