Una de las cuestiones recurrentes
al hablar del despertar, de la realidad última o como queramos llamarle, es cómo
llevarlo a la práctica en el “día a día”. Por supuesto, esta cuestión es un
juego más de la mente, un planteamiento nacido de la idea de separación, que
crea diversos estados y proyecta una “vida diaria” frente a otra “vida más
elevada”. Basta con observar el juego mental para ver cómo esta separación no
es real pero, debido a la inercia habitual del yo, esa observación puede
resultar más difícil cuando la persona está ocupada en sus asuntos que en los
momentos de tranquilidad.
al hablar del despertar, de la realidad última o como queramos llamarle, es cómo
llevarlo a la práctica en el “día a día”. Por supuesto, esta cuestión es un
juego más de la mente, un planteamiento nacido de la idea de separación, que
crea diversos estados y proyecta una “vida diaria” frente a otra “vida más
elevada”. Basta con observar el juego mental para ver cómo esta separación no
es real pero, debido a la inercia habitual del yo, esa observación puede
resultar más difícil cuando la persona está ocupada en sus asuntos que en los
momentos de tranquilidad.
Aprende a cuestionar al
observador
Siguiendo con la idea de separación, a un nivel
más profundo, es posible observar cómo en toda experiencia se produce la misma
dualidad: existe un observador, un testigo al que aparentemente “le pasan las
cosas”, frente a las circunstancias y sucesos que le rodean, dando forma a un
supuesto mundo externo y generando la constante idea del “yo y lo mío” frente a
lo demás.
más profundo, es posible observar cómo en toda experiencia se produce la misma
dualidad: existe un observador, un testigo al que aparentemente “le pasan las
cosas”, frente a las circunstancias y sucesos que le rodean, dando forma a un
supuesto mundo externo y generando la constante idea del “yo y lo mío” frente a
lo demás.
Pero no es suficiente con teorizar acerca de este
asunto, pues cambiar unas ideas por otras no te ayudará a alcanzar la verdadera
paz interior. Sólo a través de la experiencia directa, de la observación
consciente, podrás romper la inercia de separación del yo y ver la realidad tal
como es. Al hablar de observación sin juicio, nos referimos precisamente a
esto: ver al observador como parte de lo observado, comprender que los juicios
y las “etiquetas del yo” también forman parte del mundo exterior. Y no hay que
separar unas circunstancias de otras, ni unos momentos de otros, sino ser
constante y observar el aquí y ahora de una manera decidida, independientemente
de cuáles sean las condiciones que te rodeen. No deseches los momentos en los
que estés trabajando, haciendo la compra, hablando con alguien… todos están
contenidos en el único lugar en el que tu existencia es real: aquí y ahora. Ese
es el espacio en el que todo tu mundo se despliega, apareciendo y
desapareciendo junto al testigo, luego ahí es donde debes centrar tu atención.
asunto, pues cambiar unas ideas por otras no te ayudará a alcanzar la verdadera
paz interior. Sólo a través de la experiencia directa, de la observación
consciente, podrás romper la inercia de separación del yo y ver la realidad tal
como es. Al hablar de observación sin juicio, nos referimos precisamente a
esto: ver al observador como parte de lo observado, comprender que los juicios
y las “etiquetas del yo” también forman parte del mundo exterior. Y no hay que
separar unas circunstancias de otras, ni unos momentos de otros, sino ser
constante y observar el aquí y ahora de una manera decidida, independientemente
de cuáles sean las condiciones que te rodeen. No deseches los momentos en los
que estés trabajando, haciendo la compra, hablando con alguien… todos están
contenidos en el único lugar en el que tu existencia es real: aquí y ahora. Ese
es el espacio en el que todo tu mundo se despliega, apareciendo y
desapareciendo junto al testigo, luego ahí es donde debes centrar tu atención.
En última instancia, el testigo es tan irreal como
lo atestiguado, luego empieza por cuestionarte su propia existencia: ¿es el yo
soy algo permanente o surge como reacción al mundo exterior? ¿Qué surge antes,
el observador o lo observado? ¿Es realmente el yo algo permanente o aparece y
desaparece en función de dónde esté tu atención? Responder a estas cuestiones
te ayudará a encontrar tu verdadero lugar, el centro de tu existencia real, más
allá de la mente y la historia personal. Y por mucho que teorices sobre ello,
por muchas filosofías que estudies y muchos cursos que hagas, sólo cuando lo
lleves a cabo de una manera firme, en tu día a día, serás capaz de eliminar la
separación y estar en paz.
lo atestiguado, luego empieza por cuestionarte su propia existencia: ¿es el yo
soy algo permanente o surge como reacción al mundo exterior? ¿Qué surge antes,
el observador o lo observado? ¿Es realmente el yo algo permanente o aparece y
desaparece en función de dónde esté tu atención? Responder a estas cuestiones
te ayudará a encontrar tu verdadero lugar, el centro de tu existencia real, más
allá de la mente y la historia personal. Y por mucho que teorices sobre ello,
por muchas filosofías que estudies y muchos cursos que hagas, sólo cuando lo
lleves a cabo de una manera firme, en tu día a día, serás capaz de eliminar la
separación y estar en paz.