Recordar tu verdadera esencia
Lo más interesante de la Aspiración al Despertar es que, tras su surgimiento, comienza un camino de redescubrimiento del propio Ser, de «vuelta a casa». Este camino, por supuesto, es sólo mental e ilusorio, pues no se puede volver a ser lo que ya se es, pero el cambio que se produce en la mente sólo con la existencia de este objetivo de despertar, de volver a la Realidad original, es una buena semilla para que, en el momento adecuado, el Ser vuelva a su estado de conciencia real, sin limitaciones.
Esta aspiración es la que te llevará a cuestionarte tu existencia, el por qué de tu sufrimiento y a intentar encontrar una salida a tu tragedia personal. En muchas ocasiones, es el dolor y la pérdida lo que hace que el ser humano comience a cuestionarse la realidad del mundo que le rodea, pero con eso no basta. Hay que ir más allá de las búsquedas mentales y afrontar la verdad: todo lo que nace debe morir. Como señala Sri Maharaj: «la tragedia está en el nacimiento, no en la muerte». Efectivamente, sólo con la muerte de la identificación con la persona el Ser despierta de su sueño.
Estatua de Buddha Shakyamuni |
Ya eres completo, aquí y ahora
No necesitas «alcanzar ningún despertar», ni llegar a ser nada con el tiempo. Ya eres lo que eres y nunca dejaste de serlo. Tan sólo tu identificación con tu historia personal impide que veas la Realidad tal cual es, sin nombres ni formas, sin pasado, presente ni futuro. La Aspiración al Despertar nace de la necesidad interna de desenmascarar tu juego mental, tu historia personal y regresar a tu estado original. Por supuesto, no puedes «encontrar al Ser verdadero», porque todo cuanto puedas encontrar, percibir, ver o sentir, no serás tu. Incluso el propio observador de tu mundo, el «Yo Soy» de cuya atención surgen todos los nombres y las formas, debe ser desechado. Comienza por ahí, volviendo siempre al principio: aquí y ahora.