La observación sin juicio es la principal herramienta de la que disponemos para volver la mirada hacia la realidad, hacia lo que hay más allá de la mente y, en esta ocasión, quiero proponerte una sencilla reflexión sobre el mundo, tanto interno como externo.
Observa el Ser en el mundo externo
Siéntate, quédate quieto y observa cuanto te rodea: el cielo azul, las montañas, los árboles, los animales, las personas, los edificios… cualquier cosa, da igual. Observa cómo existe una inteligencia silenciosa, una vida inherente a todo que, sin embargo, pasa desapercibida para la mente la mayor parte del tiempo.
Esto es algo muy sencillo de ver en la naturaleza: contempla el ciclo vital de las cosas y verás cómo, más allá de la vida individual, de los entes particulares, hay una vida «de fondo», que permanece inalterable. Un animal muere y sus restos sirven de alimento a la tierra y a otros animales, dando lugar a nuevas plantas y nuevos seres vivos que, una vez muertos, volverán a transformarse nuevamente. ¿Eres capaz de ver la inteligencia subyacente tras todo ese ciclo? Es algo que va más allá de los nombres y las formas, más allá del «yo» y «lo mío», más allá de la vida separada. Esa inteligencia, que no se ve afectada por el nacimiento y la muerte, es mucho más real de lo que ven tus sentidos, pero sólo una mente tranquila, en silencio, puede ser consciente de ella.
Observa al Ser en la naturaleza, más allá de las formas separadas, más allá del nacimiento y la muerte. |
Observa el Ser en el mundo interno
El mismo ejercicio lo puedes hacer a través de la observación del mundo interior. Presta atención a los sentimientos, los pensamientos y todo cuanto surge en tu mente. Observa cómo las sensaciones, las palabras y las imágenes vienen y van, sin identificarte con ellas. No juzgues si son buenas o malas, si son convenientes o si «tienen razón». Sólo permanece ahí, quieto, observando, dejando que tu mundo interior pase a través de ti. ¿Eres capaz de ver el espacio vacío del que surgen los pensamientos? ¿Eres consciente del espacio entre las palabras, de la nada de fondo tras tu mundo mental?
Ahora observa tu cuerpo: verás que la mayor parte de los procesos que tienen lugar en él tienen lugar de una manera inconsciente, sin tu intervención. La digestión, la circulación de la sangre… todo sucede sin que necesites elegirlo o decidirlo, de una manera perfecta y sin ningún esfuerzo. ¿Qué inteligencia hace que sucedan todos esos procesos? ¿Eres consciente de ese Ser interior, silencioso, inamovible? Nuevamente, sólo una mente tranquila y en silencio será capaz de entenderlo, sin juzgar, sin desear nada a cambio.