En las tradiciones orientales, así como en la autodenominada «new age», es muy habitual hablar de cuestiones como la «no-mente», en alusión a ese estado de conciencia despierta, sin limitaciones ni características. Sin embargo, conviene pararse a considerar qué representa esto realmente en nuestro día a día.
No-mente y ausencia de pensamientos
En primer lugar, hay que decir que el pensamiento no es algo contra lo que haya que luchar ni un enemigo al que debamos eliminar. De hecho, la lucha contra el pensamiento sólo genera más pensamiento, más dualidad y más conflicto interno. Entonces, ¿cómo detener la corriente incesante de pensamientos? Quizá la propia cuestión descubre pequeño engaño: no necesitamos eliminar nuestros pensamientos para despertar, para ir más allá de nuestra mente. De hecho, intentar luchar contra ellos es sólo un pasatiempo mental, un entretenimiento de nuestro ego en busca de «un futuro mejor».
La identificación con la mente pensante puede generar una verdadera tormenta interior, que nos impide ver la realidad de quiénes somos. (Imagen: Wikipedia). |
Sólo cuando la conciencia está despierta, en paz, sin juicio ni conflicto con cuanto observa y experimenta, la mente estará también realmente serena, sin lucha interna entre pensamientos y juicios del pasado. Parece una paradoja, pero en realidad es sencillo: el despertar está aquí y ahora. En ningún otro sitio. Y todo lo que existe aquí y ahora, todo cuando vemos, vivimos, pensamos y soñamos, es parte del despertar. Por tanto, ¿por qué rechazar al pensamiento? ¿Por qué negar una parte de la realidad y «buscar otra»? todo eso nos lleva a repetir los mismos patrones de sufrimiento una y otra vez.
Observación y aceptación como puentes de acceso a la no-mente
La observación sin juicio y la aceptación de cuanto nos rodea, tanto física como mentalmente, es la verdadera vía de la no-mente. Es lo que en el budismo Chan-Zen se denomina «el hombre sin quehaceres». Practicar la vía del medio significa no luchar por alcanzar un extremo frente al otro, no huir del dolor en busca del placer, no luchar contra nuestros pensamientos para alcanzar la vacuidad. Todos estos extremos son parte de la dualidad, luego uno no puede existir sin el otro.
Dibujo de Bodhidharma, «el Maestro que vino de occidente» (Wikipedia). Fundador del budismo Chan-Zen, fue uno e los maestros que mejor transmitieron la vía de la «no-mente». |
Si observas tu mente, verás que la mayor parte de tus pensamientos y reacciones a cuanto te rodea son repeticiones de los mismos patrones mentales, como ya he dicho en otros posts. Son algo automático, involuntario la mayor parte del tiempo. Y, sin embargo, son capaces de captar toda tu atención y ciertamente te identificas con ellos como tu verdadera identidad. Pero, si observas con detenimiento, verás que en realidad estos pensamientos surgen y desaparecen dentro de un espacio interno, de un vacío que los sustenta. Presta atención a ese silencio, a ese vacío interior, pero no luches contra los pensamientos. Deja que ambos convivan, sin juicio, sin identificación y quizá descubras algo sorprendente: tu verdadera mente va mucho más allá de ambos.