He hablado en varias ocasiones de cómo el mundo que ves, pese a su aparente realidad, es sólo una visión subjetiva, basada en tus propios prejuicios y opiniones. Todo cuanto tu yo experimenta en el día a día es filtrado por el conjunto de ideas almacenadas en tu mente y tu memoria, dando forma a los incontables nombres y formas que se suceden a tu alrededor.
Por tanto, si quieres cambiar el mundo, si las circunstancias que te rodean te hacen sufrir, debes cambiar en primer lugar dentro de ti y abandonar las viejas ideas que dibujan ese entorno hostil.
No busques el despertar fuera
Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha buscado una guía, un camino que seguir para encontrar esa paz interior y superar el sufrimiento «que el mundo externo le provoca». esto te llevará a leer libros, escuchar discursos y atender a «maestros» que te dirán lo que tienes que hacer para solucionar tus problemas, para superar tus enfermedades o para «ser feliz» (término que en sí mismo es bastante absurdo).
Pero debemos tener claras algunas cosas:
- Cualquier técnica que aprendas, cualquier palabra que escuches o cualquier idea que descubras, también serán algo externo, algo que pertenece a ese mundo exterior irreal.
- El despertar del Ser poco tiene que ver con que esa persona vuelva a tu lado, o con que encuentres trabajo. Todo eso son circunstancias externas y forman parte de tu mundo subjetivo.
- El verdadero Maestro no te venderá ninguna técnica, ni te dirá que debes alcanzar nada en el futuro. Lo único que hará será ayudarte a eliminar toda expectativa y a abandonar lo que crees que eres.
Mucha gente comienza su búsqueda interior como respuesta a un problema de salud, a una pérdida o a una circunstancia negativa en su día a día, con la esperanza de resolver todos esos problemas con el despertar. Sin embargo, lo primero que debes hacer es aceptar todo cuanto te rodea y dejar de crear sufrimiento en torno a ello. Recuerda: todo lo que ves, experimentas o sientes, incluido el «Yo soy», no es real. Quítale el drama a tu mundo y deja que sea, sin lucha, en paz.