Una vez analizada la forma en que es considerada la respiración por algunas culturas como fuente de observación interior, me gustaría ir un poco más allá y analizar la influencia que tiene la respiración en nuestro estado interno, así como su utilidad para mantenernos en el momento presente.
El aquí y ahora es lo único real, lo único que realmente podemos experimentar en cada momento, pues tanto el pasado como el futuro son proyecciones mentales, ya sea hacia acontecimientos almacenados en nuestra memoria en el caso del pasado, o hacia hipotéticos sucesos que podrían tener lugar en un momento posterior. En ambos casos, se trata de algo irreal, por lo que la clave para el autoconocimiento debe residir necesariamente en el momento presente.
(Imagen: universo infinito)
Sin embargo, el presente es totalmente inabarcable para la mente humana: tan pronto como pretendemos atraparlo, retenerlo o simplemente calificarlo, desaparece. En el simple hecho de intentar observar el aquí y ahora, ya ha pasado, ya se ha desvanecido. Sólo hay una forma de contemplar el presente y es desde dentro, permaneciendo nuestra conciencia despierta aquí y ahora.
Las mentes más despiertas, como Einstein entre otros, han apuntado hacia la misma realidad: que el tiempo es una percepción subjetiva. Únicamente el ahora es eterno y permanece, independientemente de los acontecimientos que tienen lugar en él. Pero mantenerse plenamente presente es casi imposible para la mente pensante. Más bien se puede afirmar lo contrario: únicamente trascendiendo la mente, yendo más allá del pensamiento, es posible estar presente por completo.
Yin y Yang se entrelazan en la respiración, dando lugar al aliento de la vida.
La respiración nos puede ayudar a volver la atención al ahora, a través de la observación sin juicio. Cuando intentamos etiquetar, poner nombre a cualquier cosa, nos estamos identificando con el exterior y estamos perdiendo la percepción real del ahora. Lo mismo sucede con la respiración: cuando se le juzga como lenta o rápida, correcta o incorrecta… se está perdiendo su esencia.
Cualquiera de las técnicas que he explicado en posts anteriores os ayudará a observar la respiración y a dirigir la atención al presente (la vipassana, el zazen, el yoga… todas buscan como meta principal trascender la mente pensante y despertar la conciencia al ahora eterno). No importa cuál de ella eligamos, sino mantener una actitud serena y sincera. Hace falta ser valiente para ir más allá de nuestra propia personalidad, de nuestro ego y simplemente permanecer aquí y ahora.
Esta es una cuestión muy compleja de explicar, pero no tanto de experimentar. Por este motivo, en este post lo dejaré aquí, abierto a vuestra experimentación y me gustaría que compartiéseis aquí vuestras experiencias u opiniones al respecto (a través de comentarios al final del post, por ejemplo). En próximas entradas profundizaré más en el tema. Poco a poco :-).