Hoy en la Verdad en Ti Mismo hablaremos del dios Anubis. También conocido como «El del Chacal» en egipcio antiguo, es una de las divinidades más antiguas y veneradas del panteón egipcio. Este dios ha sido asociado tradicionalmente con el proceso de momificación. Además, su papel principal radica en guiar a los espíritus de los difuntos hacia el más allá. Se le considera «El Señor de la Necrópolis» debido a su relación con los cementerios y su función espiritual en la otra vida.
En las representaciones más antiguas, Anubis mostraba un cuerpo humano y tenía la cabeza de un chacal. Este animal se asociaba con los cementerios debido a su costumbre de desenterrar y consumir cadáveres. Su presencia es documentada en los Textos de las Pirámides del Reino Antiguo, se le vincula con los ritos funerarios y el enterramiento de los faraones de esa época. Convirtiéndose así en el dios más importante relacionado con la muerte. No obstante, en el Reino Medio, su protagonismo disminuyó y Osiris lo reemplazó como la deidad principal del más allá.
El guía del alma y juez en el reino de Osiris
Anubis asumió entonces un nuevo papel como guía de las almas hacia el reino de Osiris y tuvo otra importante función durante el juicio del alma. Se le asignaba la tarea de pesar el corazón del difunto en la balanza de la justicia, donde se determinaba si la persona era digna de la vida eterna en el más allá. Esta vinculación con la muerte se refleja en sus representaciones, que a menudo lo muestran asistiendo a la momificación del fallecido o protegiendo su tumba.
Además de su rol como dios funerario, Anubis tenía una equivalente femenina llamada «Put» y una hija llamada «Helena», una diosa serpiente. Sin embargo, su genealogía varía según las fuentes y épocas de la mitología egipcia. En algunas versiones, se le presenta como hijo de Ra, el dios del cielo, el sol y el origen de la vida, mientras que en otras leyendas, se le considera hijo de Neftis y Osiris.
Un relato famoso, contado por Plutarco, narra que Anubis era hijo de Neftis e Osiris. Cuenta la leyenda que Neftis adoptó la forma de Isis, la reina de los dioses, para acercarse a su marido Osiris, quien había bebido mucho vino. Como resultado de esta unión, nació Anubis, quien fue abandonado por su madre y luego adoptado por Isis. Esta relación con Osiris también le otorgó el papel de protector de los sacerdotes embalsamadores, ya que se dice que ayudó a Isis en el proceso de momificación de su esposo.
Evolución del dios Anubis
A lo largo de la historia egipcia, la representación de Anubis evolucionó. Después de la Primera Dinastía, los artistas comenzaron a retratarlo como un hombre con la cabeza de un chacal negro. El color negro simbolizaba la putrefacción de los cuerpos y las envolturas resinosas de las momias. Además de su relación con la muerte, Anubis también estaba asociado con la fertilidad y la posibilidad de renacimiento en otra vida.
En el arte egipcio antiguo, Anubis fue uno de los dioses más representados. En ocasiones, aparecía con un aspecto completamente humano, sin la característica cabeza de chacal. A menudo se le mostraba portando un ángel y sosteniendo el flagelo de Kaka en su brazo, símbolo de autoridad. Otro de sus atributos era el «yewet», un instrumento utilizado por los sacerdotes del antiguo Egipto.
La figura de Anubis ha perdurado en la cultura popular, apareciendo en películas, libros e incluso videojuegos. Aunque los artistas suelen retratarlo como un ser oscuro, su papel en la mitología egipcia era ofrecer a las almas una segunda oportunidad, lo que sugiere que su naturaleza no era tan malévola como algunas representaciones modernas indican.