En estos tiempos que corren, superar la violencia de género se ha convertido en una necesidad patente a todos los niveles sociales. Existen numerosos tipos diferentes de maltrato, en función de la forma que adopta y su contexto: violencia de género, malos tratos infantiles, el famoso bullying, mobbing laboral y un largo etcétera. A diario, podemos ver en los medios de comunicación noticias relacionadas con alguna de estas formas de maltrato y, lamentablemente, el número de personas afectadas parece aumentar a cada instante. De nada sirve mirar hacia otro lado, es evidente que el maltrato es una realidad en nuestra sociedad, desde hace mucho tiempo.
Han sido varias las personas que han contactado conmigo últimamente, pidiéndome ayuda para afrontar este tipo de situaciones, especialmente en lo referente a superar la violencia de género. Por supuesto, estoy a vuestra disposición siempre que queráis contactar conmigo, pero considero que también puede resultar útil compartir aquí, de forma pública, algunas reflexiones sobre este tema tan delicado. Hoy voy a comenzar una serie de artículos, en los que iré tratando este tema desde el punto de vista de La Verdad en Ti Mismo, tratando de dar una visión sincera y real, como de costumbre…
Superar la violencia de género: cuando superar el maltrato es cuestión de supervivencia
La violencia de género, igual que otras formas de maltrato, resulta difícil de combatir en muchas ocasiones por la sensación de dependencia emocional y el apego a la pareja, que hacen que la mujer que sufre esta situación, no sólo se sienta indefensa, sino que también se ve incapaz de tomar sus decisiones, de seguir adelante por sí misma. Los malos tratos, además del componente físico más evidente, se reflejan en un daño psicológico mucho más importante, que es el que realmente limita la capacidad de actuar y defenderse de la víctima.
Para superar la violencia de género, ante todo, hay que tener claras algunas cuestiones clave. Puede que las hayas escuchado o leído en algún sitio, pero quizá nunca habías pensado que estas cosas te sucederían a ti ¿verdad?
- No existe justificación para la violencia. Da igual si te sientes culpable por algo que hiciste, o dejaste de hacer. Da igual lo convencida que estés de que no eres una buena persona, o de que no mereces nada mejor. Todo eso son excusas, auto justificaciones para algo injustificable.
- No mires a otro lado, no disimules. Estás sufriendo, te están haciendo daño y lo estás permitiendo. No pasa nada por ser sincera y admitir tu situación. Sólo si ves las cosas como son, podrás tomar decisiones por ti misma.
- Un maltratador no cambia. Si ha cruzado el límite, si ha llegado a hacerte daño, ya sea mental o psicológico, ten seguro que lo volverá a hacer. El círculo vicioso del perdón y el engaño sólo lleva a crear más sufrimiento.
- ¿Dónde estará el límite? ¿Crees que todo se quedará en una riña, en una discusión? ¿Piensas que no volverá a ponerte las manos encima, o que no volverá a tratarte de esa manera? ¿Por qué no dejas de engañarte? Como puedes ver a tu alrededor o en los medios de comunicación, no siempre hay un límite al maltrato. No sabes hasta dónde será capaz de llegar la próxima vez.
- El pasado no existe, no te aferres a él. Da igual lo feliz que fueses junto a esa persona en el pasado. Da igual lo bien que te trató o lo mucho que te ayudó en cierta ocasión. Esos recuerdos pueden ser muy bonitos, pero sólo son eso, recuerdos. La imagen que proteges de esa persona no tiene nada de real.
- No eres menos que nadie. Aceptarte a ti misma es una de las claves para comenzar a cambiar tu vida. No importa lo que haya pasado o lo que hayas hecho. Deja de juzgarte, de dar credibilidad a las palabras de esa persona y de negarte a ti misma.
- Superar la violencia de género es posible. Sí puedes salir de esta situación. Da igual cuáles sean las circunstancias (no tienes trabajo, tienes hijos, otras personas dependen de ti…). Ninguna situación justifica pasar por algo así. Si quieres superar el maltrato, puedes hacerlo. Sé valiente y afróntalo, no tienes por qué estar sola. Pide ayuda a quienes te rodean.
- El tiempo corre en tu contra. Cuanto más esperes, más difícil será tomar decisiones. No llegará un momento mejor. No sucederá nada que te permita dar el paso. Deja de esperar a que el futuro «ideal» traiga por sí mismo los cambios que necesitas. Actúa, Aquí y Ahora.
- No hay segundas oportunidades. El pasado no va a volver. Perdió su oportunidad en el momento en que decidió hacerte daño. Nunca vuelvas al lugar del que conseguiste salir, porque el dolor y el sufrimiento te estarán esperando allí.