En estos tiempos convulsos, en los que el terrorismo nos deja día tras día muestras del nivel de barbarie y locura al que es capaz de llegar el ser humano, conviene detenerse a observar la verdadera raíz de dicha locura, más allá de «colores políticos» e ideas religiosas.
La incomprensión de uno mismo es la fuente del odio a los demás
He hablado largo y tendido en este blog de cómo la mente, al identificarse con la historia personal y con las ideas que están grabadas en la memoria, proyecta un mundo adaptado y moldeado precisamente «a imagen y semejanza» de esas ideas. Si esa identificación se ve reforzada con unos símbolos, una comunidad o un grupo de personas que, de algún modo, parecen corroborar la realidad de esa historia personal, el resultado puede ser la pérdida total de control sobre las acciones y los pensamientos.
Por supuesto, sólo estoy hablando del primer nivel de identificación con el «yo» y su historia, que no siempre se va a traducir en actos como los que todos hemos escuchado en los últimos tiempos, pero esa es la raíz de todo el sufrimiento humano sin ninguna duda y es el germen que lleva al odio y el conflicto, tanto interno como externo.
La separación entre «lo mío» y el resto genera una lucha constante del «yo soy» por mantener sus posesiones, ya sea en forma de bienes materiales, de personas o de ideas, porque el resto del universo siempre va a ser algo externo, ajeno a lo que «yo poseo» y el ego lo verá como una amenaza. Generalmente no será algo voluntario, sino más bien una reacción automática, por inercia, pero es el pensamiento raíz que crea todo el conflicto y la separación que vienen detrás. Si observas de manera sincera, verás como el día a día de tu historia personal es exactamente eso: una lucha por sobrevivir, por imponerse a las «amenazas del mundo».
El odio y el racismo no existen en una mente tranquila y en paz |
¿Cómo cortar la raíz de la identificación y el sufrimiento? Antes de nada, observa por ti mismo, busca tu propia verdad
Este es el mismo consejo que siempre doy a quienes me hacen una pregunta de este estilo. No se trata de que yo te diga cuál es la verdad, de que te hable acerca de ella o te «prometa» que tú también puedes alcanzarla algún día. No se trata de que alguien tenga razón y alguien esté equivocado. No se trata de encontrar al «verdadero maestro» y defenderlo frente a todos los demás.
Todo eso te llevará únicamente a identificarte con unas ideas externas que has memorizado y que, por conveniencia, has aceptado como verdaderas. Aunque parezca mentira, una persona identificada con una historia personal siempre va a pensar que «está en lo correcto», incluso cuando asesina a otra en nombre de un dios del que ha oído hablar y (mejor aún), en nombre del cual le han prometido la santidad y la paz.
¿Cuál es el motivo para llegar a ese estado, en el que las ideas externas se han convertido en un dogma propio, por el que eres capaz de hacer cualquier cosa? La negación de los hechos: nadie puede «darte la verdad», porque todos ellos, sean sacerdotes, maestros o políticos, son personas, igual que tú, con sus propios miedos y sufrimientos. Recuerda que el verdadero maestro nunca te dirá «esto es la verdad», sino «busca por tí mismo».
¿Quieres dejar de sentirte perdido en la vida? ¿Quieres encontrar respuestas a esas preguntas que, por mucho que mires a otro lado, siempre han estado ahí? ¿Quieres dejar de sentir miedo? Deja de mirar a otro lado y ponte manos a la obra, aquí y ahora. Observa qué está sucediendo realmente, más allá de tu historia, de tus ideas, de tus pensamientos y tus fantasías. ¿Qué eres tú realmente? ¿Dónde está el mundo? ¿Dónde quedarán todas tus ideas el día de tu muerte? Enfréntate a tus preguntas con la única arma que tienes: tu atención.
Sólo existe un diablo real: la ilusión y la identificación con el sufrimiento. Enfréntate a él, Aquí y Ahora |
El miedo y el terror están en la mente. Cambia tu atención para cambiar el mundo
Esta es la clave del despertar y de la eliminación del sufrimiento. Deja de buscar respuestas fuera, deja de seguir las ideas de los demás y observa por tí mismo. Enfréntate a la realidad, aquí y ahora. Acepta que no sabes, que desconoces qué es el mundo y qué eres tú mismo. Déjate ser, no luches, no te escondas. Sólo observa, sin juicio, sin esperanza. ¿Dónde está el miedo cuando la mente está en silencio? No existe.
La evolución del Ser Humano no debe ser únicamente tecnológica ni a nivel social. El verdadero cambio está en ti, en este momento. Sólo tienes que dejar de luchar contra el mundo. Deja que todo sea tal cual es, sin buscar ni pedir nada a cambio. Acéptate a ti mismo y estarás aceptando al mundo. Ahí ya estarás en paz, más allá del miedo y del terror.
Deja de buscar la salvación en dioses y demonios. Deja de esconderte tras promesas de una «vida futura». Enfréntate al miedo con la única herramienta que tienes: tu atención y tu Ser, aquí y Ahora. Haz esto y no habrá más miedo, porque estarás más allá de la mente y del tiempo.