Uno de los principales obstáculos con que se encuentra el
practicante de meditación y, en general, cualquiera que busque la paz interior,
es la dificultad de serenar la mente ante el ruido externo y, sobre todo, ante
los estímulos y las circunstancias que tienen lugar en el mundo que le rodea. Estos
son los dos grandes “enemigos” que a menudo impiden al “buscador” estar en paz.
Pero conseguirlo puede ser más fácil de lo que parece. Se trata de una cuestión
de atención y aceptación.
practicante de meditación y, en general, cualquiera que busque la paz interior,
es la dificultad de serenar la mente ante el ruido externo y, sobre todo, ante
los estímulos y las circunstancias que tienen lugar en el mundo que le rodea. Estos
son los dos grandes “enemigos” que a menudo impiden al “buscador” estar en paz.
Pero conseguirlo puede ser más fácil de lo que parece. Se trata de una cuestión
de atención y aceptación.
Atención serena: Ruido interno y ruido externo
Todos vivimos en una sociedad ruidosa y es algo que, por
mucho que intentes evitar, siempre tendrás que afrontar: un vecino ruidoso, un
bar abierto hasta tarde, el ruido de la carretera, etc., etc. ¿Cómo encontrar
el silencio entonces? La respuesta es sencilla: no busques el silencio externo,
sino el interior.
mucho que intentes evitar, siempre tendrás que afrontar: un vecino ruidoso, un
bar abierto hasta tarde, el ruido de la carretera, etc., etc. ¿Cómo encontrar
el silencio entonces? La respuesta es sencilla: no busques el silencio externo,
sino el interior.
Los sucesos del mundo son sólo gotas cayendo en la superficie del inmenso océano que es el Silencio del Ser |
Centra tu atención en el silencio eterno que hay tras cada
ruido, tras cada palabra, tras cada pensamiento. Verás que ese silencio no sólo
permanece siempre inalterable, ajeno a cuantos ruidos tengan lugar en su
superficie, sino que es el espacio infinito que va más allá de los
pensamientos, más allá de la mente. Pero no intentes comprenderlo ni retenerlo,
pues sólo puedes serlo. Eso es lo que tú en realidad eres, no tu historia
personal de tragedias y juicios.
ruido, tras cada palabra, tras cada pensamiento. Verás que ese silencio no sólo
permanece siempre inalterable, ajeno a cuantos ruidos tengan lugar en su
superficie, sino que es el espacio infinito que va más allá de los
pensamientos, más allá de la mente. Pero no intentes comprenderlo ni retenerlo,
pues sólo puedes serlo. Eso es lo que tú en realidad eres, no tu historia
personal de tragedias y juicios.
La aceptación trae la paz
En cuanto al otro obstáculo, las circunstancias y los acontecimientos
que rodean al yo, la aceptación es el primer paso para dejar de crear conflicto
y estar en paz. Independientemente de los hechos que tengan lugar ante ti, ya
sea que tu mundo parezca desmoronarse o que todo te vaya muy bien y el mundo
parezca “un camino de rosas”, se consciente de que esos sucesos son tan sólo
experiencias del yo, de una historia personal vacía, que poco tiene que ver
contigo.
que rodean al yo, la aceptación es el primer paso para dejar de crear conflicto
y estar en paz. Independientemente de los hechos que tengan lugar ante ti, ya
sea que tu mundo parezca desmoronarse o que todo te vaya muy bien y el mundo
parezca “un camino de rosas”, se consciente de que esos sucesos son tan sólo
experiencias del yo, de una historia personal vacía, que poco tiene que ver
contigo.
Acepta los acontecimientos tal cual son, sin miedo, sin juicio y sin
expectativas. Sólo esto: aquí y ahora. Deja que el mundo siga su curso, sin
tensión, sin resistencia. Que pase a través de ti, pero sin arrastrarte. No
luches contra la vida; acéptala y déjala ser. No hay nada que buscar ni nada
que conseguir. Tan sólo necesitas una cosa: dejar de huir de ti mismo. Así
encontrarás la paz y el silencio interior, más allá del sufrimiento.
expectativas. Sólo esto: aquí y ahora. Deja que el mundo siga su curso, sin
tensión, sin resistencia. Que pase a través de ti, pero sin arrastrarte. No
luches contra la vida; acéptala y déjala ser. No hay nada que buscar ni nada
que conseguir. Tan sólo necesitas una cosa: dejar de huir de ti mismo. Así
encontrarás la paz y el silencio interior, más allá del sufrimiento.