El despertar: volver al origen

Permitidme que, en esta ocasión, haga una pequeña reflexión personal que considero interesante para continuar con el camino de la gruta del Mago. 

Como habréis visto, a lo largo de todo este tiempo he hablado de múltiples filosofías, culturas, religiones y, en definitiva, de distintas formas de ver y entender el ser humano y la existencia. No importa si hablamos de budismo, taoísmo, cristianismo, sufismo… al final, todas ellas tienen un punto en común: la búsqueda de ese camino de regreso a casa, el reencuentro con uno mismo y el despertar interior. En realidad, la clave no está en qué técnica se aplique, qué religión se estudie o qué camino se siga, sino que la cuestión es la sinceridad que uno ponga en ello y, sobre todo, que uno elija su propia vía, su propio camino. 

No te quedes en lo que otro te diga. No conviertas ningún texto o mensaje en un «dogma de fe inalterable». Puede ser una guía útil hacia el despertar, pero no será tu despertar mientras no lo crees tu mismo. Eres tu quien debe andar el camino. Un verdadero maestro espiritual siempre te dirá esto: eres tu quien importa. Tú eres el maestro, sólo debes recordarlo. Como se suele decir en budismo: «La mano que apunta hacia la luna no es la luna misma». No te quedes mirando la mano, ve más allá.

Avalokitesvara, Bodhisattva de la Gran Compasión

A veces esta búsqueda nace por una pérdida sentimental, por una situación dolorosa, o por cualquier otra causa. Otras veces es el miedo a la muerte (del que hablaré en mi próximo post) el que lleva al ser humano a plantearse la causa de esta existencia y a buscar una salida a su sufrimiento. Pueden existir múltiples motivos para comenzar con el camino del autoconocimiento,  pero también puede que no haya un motivo específico, una razón concreta. La Aspiración al Despertar nace en uno mismo, no en el exterior. No hay por qué justificar la necesidad de regresar a casa, de reencontrar la paz interior. 

Estoy profundamente agradecido a todos los que leéis este blog y a todas aquellas personas que han contactado conmigo, de una manera u otra. Sois varios los que me habéis preguntado cuál fue mi proceso de despertar, o cómo encontré la paz interior. Pues siento deciros que no voy a contaros ningún acontecimiento extraordinario, no «sonaron campanas angelicales» ni nada por el estilo. El despertar es un simple reencuentro con uno mismo, con tu verdad. Ya no hay dudas, ya no hay miedos, porque ya sabes realmente quién eres.

Sílaba sagrada del vedanta, «OM»

En realidad, no hubo ningún «proceso de despertar». Mi camino siempre fue el mismo, el que comparto aquí con vosotros. Desde que tengo uso de razón, siempre presté atención no sólo a lo que pasaba fuera, sino también dentro de mi mismo. Eso es lo que me permitió estar en paz desde el principio. Durante los años siguientes, estudié casi cualquier filosofía o religión que llegó a mis manos: budismo (en el que comparto el voto del Bodhissatva), vedanta, cristianismo, taoismo, sufismo… Y estoy muy agradecido a todas ellas por haberme dado una perspectiva global, por haberme permitido, a través de sus distintas técnicas y herramientas, acercarme más a mi mismo. Pero insisto, no busquéis nada extraordinario. El despertar es, simplemente, volver al origen, estar en paz con uno mismo independientemente de las circunstancias o situaciones que te rodeen. Darte cuenta de que siempre has estado despierto, siempre has estado ahí. Una vez que esta es tu verdad, compartirla con el resto de la humanidad no es una obligación, ni una necesidad, es simplemente un paso natural. Sólo existe una conciencia, sólo existe un tao más allá de la infinidad de seres, por eso sólo hay un despertar.

Gracias nuevamente por leerme y estar ahí. A todos los que habéis hecho alguno de mis cursos, o a quienes os habéis interesado en algún momento por alguno de mis textos. Continuaré trabajando para que La Gruta del Mago sea vuestro blog y, si con él contribuyo a que en algún momento os sintáis en paz con vosotros mismos, ya habrá merecido la pena su escritura :).