Continúo con esta sección dedicada a la mitología con otro de los mitos de la antigua Grecia. En este caso, hablaré de Perséfone, reina del mundo subterráneo. Perséfone era hija de Zeus y Démeter, diosa de la fertilidad. Un día, mientras vagaba por el campo recogiendo flores (narcisos o lirios, según la versión), su tío Hades, rey del inframundo, se enamoró de ella y la secuestró, llevándola consigo al Tártaro. Allí le ofreció una granada que Perséfone comió, quedando ligada para siempre al reino oscuro y convirtiéndose en su reina, junto a su esposo Hades. (Estatua del rapto de Perséfone)Este acto despertó la ira de Démeter, que al conocer lo que había pasado y pese a que Hades había dado un buen trato a Perséfone, se enfureció y convirtió la Tierra en un campo estéril, incapaz de dar fruto. Para resolver esta situación Zeus, siguiendo el consejo de Hermes, propuso una solución al conflicto: ya que perséfone había comido un fruto del Tártaro y, por tanto, estaba ligada irremediablemente al inframundo, compartiría junto a Hades tres meses al año, pasando los nueve restante con su madre en la Tierra. Esta solución no convenció a Démeter y, cada vez que Perséfone descendía al inframundo y era arrebatada de su lado, se ponía de luto y hacía que la tierra se volviera estéril y fría, marchitándose las flores y cayendo las hojas de los árboles, dando lugar a la oscura estación del invierno. Cuando Perséfone volvía a su lado, en cambio, Démeter volvía a estar feliz y se iniciaba la estación de la primavera, las flores volvían a nacer y la tierra era de nuevo fértil y bella.
(Reencuentro de Perséfone y Démeter. Rubens)
El mito de Perséfone tiene diversos mensajes de una gran profundidad y belleza. Por un lado, es una bonita representación del ciclo de la naturaleza, con sus estaciones y sus distintos estados de ánimo: la belleza y alegría de la primavera, en la que la tierra se vuelve fértil, frente a la oscuridad y el frío del invierno. Pero por otro lado también representa la transición de la joven Perséfone, a través de su decisión de tomar la granada ofrecida por Hades, hacia su edad adulta, en la que descubre la parte más oscura de la vida. Además, Perséfone es la guardiana de los secretos de los muertos, pues pese a estar nueve meses en el reino de la luz le estaba prohibido desvelar secretos del Tártaro. Perséfone es un símbolo de la oscuridad, de ese lado desconocido y temido de la vida, pues su estancia en el Tártaro junto a Hades es un misterio.