La palabra mandala proviene del sánscrito y significa circulo o rueda, cìrculo sagrado. Desde la antigüedad son considerados en la India símbolos de sanación espiritual, de unión, de integridad, de eternidad.
Los mandalas son dibujos ceremoniales hindúes que presentan formas geométricas concéntricas. También en oriente tienen la finalidad de servir como instrumentos de contemplación y de concentración. Están relacionados con los chackras, con la meditaciòn y el yoga.
(Mandala con los símbolos taoístas de Yin-Yang)
En occidente, Carl Jung los utilizó en terapias con el objeto de alcanzar la busqueda de individualidad en el ser humano. Según Jung, los mandalas representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente.
Desde la visión terapéutica, los mandalas se usan para equilibrar el hemisferio racional y el creativo, ya que las figuras geométricas del mandala son captadas por nuestro lado lógico, y los colores y dibujos por nuestro lado creativo.
Desde una visión más espiritual, se les considera como un centro energético de equilibrio y purificación. Dibujar u observar mandalas ayuda a equilibrar el yo emocional, a enfrentarse con sentimientos de agresividad, de desequilibrio o de hipersensibilidad .
A continuación os propongo una práctica meditativa con el mandala: Sentados, en una posición cómoda, basta con relajar nuestra mente observando la respiración y centrar nuestra atención en el mandala, dejándonos llevar por sus formas y colores. Puede ser satisfactoria una simple observación de 3 a 5 minutos.
También existe la opción de colorear el mandala a nuestro gusto como forma de meditación y relajación. Se aconseja pintar de adentro hacia fuera si queremos exteriorizar las emociones. Próximamente, comentare de los efectos terapéuticos que genera la practica de pintar mandalas. Estos son algunos posibles significados de los principales colores a utilizar:
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Blanco: el color perfecto. Es iluminación, pureza, la nada.
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Negro: se relaciona con la muerte, el misterio o la ignorancia.
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Gris: color de la neutralidad, la sabiduría y la renovación.
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Verde: significa naturaleza, crecimiento y esperanza.
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Azul: tranquilidad, alegría, satisfacción y paz.
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Rojo: amor, pasión y sensualidad.
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Amarillo: color del sol, de la luz y de la simpatía.
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Naranja: energía, dinamismo, ambición, ternura, valor.
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Rosado: aspectos femeninos e infantiles, dulzura, altruismo.
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Morado: amor al prójimo, idealismo y sabiduría.
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Verde: naturaleza, equilibrio, crecimiento, esperanza.
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Violeta: música, magia, espiritualidad, transformación, inspiración.
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Dorado: sabiduría, claridad, lucidez, vitalidad.
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Plateado: capacidades extrasensoriales, emociones fluctuantes, bienestar.
Por último, indicar que el hecho de pintar un mandala debe ser siempre un momento placentero. No debemos tener prisa en terminarlo; cada mandala tiene su tiempo propio y nosotros también. Hay que dejarse llevar y olvidarnos de cómo combinar los colores. Para finalizar os incluyo unos mandalas para colorear, cortesía de Cathy: