La inteligencia artificial está progresando a pasos agigantados. De hecho, cada vez parece difuminarse más la barrera que separa la inteligencia de las máquinas de la mente humana. Un buen ejemplo de ello es la inteligencia artificial creada por Google, llamada DeepMind. Esta inteligencia es capaz de relacionar y comparar conceptos, algo que hasta ahora ninguna otra inteligencia artificial había conseguido hacer de forma efectiva.
Avances como este demuestran que el progreso de las inteligencias artificiales es cada vez mayor, al igual que su similitud con la humana. Según los científicos y expertos más optimistas, cada vez está más cerca el momento en que una inteligencia artificial pueda razonar y tomar decisiones, igual que nosotros. Llegados a este punto, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿qué diferencia real existe entre una inteligencia artificial y una humana?.
La respuesta más directa sería que la inteligencia artificial funciona mediante instrucciones programadas y siempre busca sus respuestas y su forma de actuar en órdenes y datos que ya había almacenado en algún momento. Las reacciones a través de información del pasado son lo que siempre utilizan las máquinas para responder a nuevas situaciones. Pero, ¿no es exactamente así como funciona la personalidad humana? Las decisiones del día a día, las respuestas a cualquier estímulo, ya sea interno o externo, están siempre basadas en las ideas y experiencias almacenadas en la memoria. De hecho, el «yo soy» no es más que eso: un conjunto de pensamientos organizados en base a las vivencias, los juicios y los traumas pasados. Luego, desde este punto de vista, no habría tanta diferencia entre una inteligencia artificial muy avanzada y la inteligencia humana, ¿verdad?
La diferencia está Aquí y Ahora.
Otra respuesta lógica a la cuestión anterior sería que la mente humana tiene auto-consciencia y, como tal, actúa y se relaciona con su entorno en base a ella. Pero, ¿sabes qué? Esa respuesta también es cierta a medias, porque una mente identificada con su historia personal actúa también de forma programada, sin ser consciente realmente de sí misma. Es lo que yo llamo «vivir con el piloto automático activado».
Sin embargo, a pesar de esa inercia mental hacia la identificación, el ser humano tiene la capacidad incuestionable de ir más allá de la programación mental. A diferencia de las inteligencias artificiales, los seres humanos no dependemos de información del pasado para vivir este momento. Podemos vivir Aquí y Ahora, sin estar inmersos en un flujo constante de pensamientos que nos arrastre tras de sí. Para ello sólo necesitamos algo que una máquina no puede tener: una atención tranquila, sin búsqueda, sin pasado, sin drama. Ese vacío mental, que es nuestra verdadera naturaleza, escapa a la creación de ningún tipo de programa informático.
Vivir el momento de forma plena, sin juzgar ni dejarse arrastrar por los pensamientos, es algo que el software no puede hacer, ya que es sólo información.
Así pues, si no quieres vivir tu vida como un autómata, si quieres ser algo más que una «inteligencia artificial programada», da el paso en este momento y vive plenamente. Ten presente que, por muchos recuerdos y vivencias que lleves contigo, el mundo nace ante ti a cada instante. Vive Aquí y Ahora, en lugar de pensar que vives. Esa es la diferencia. Esa es tu naturaleza.