Sé que el título de esta entrada es una frase muy común y que todos hemos escuchado hasta la saciedad. Todos los grandes maestros del pasado, todos los líderes de opinión y, casi cualquier persona con la que hables, han pronunciado estas palabras alguna vez: la grandeza de la vida está en las cosas sencillas. Resulta muy fácil de entender, ¿no es así? Sin embargo, la mayoría de las personas escuchan palabras como éstas una y otra vez, pero rara vez las ponen en práctica. Al parecer, están demasiado ocupadas en sus asuntos personales como para prestar atención, por ejemplo, a una simple puesta de sol… ¿Estás tú entre esas personas? Tomar conciencia de esto, saber si realmente eres consciente del mundo que te rodea o no, provocará un interesante cambio de perspectiva en tu conciencia.
Escucha, mira, huele, siente la vida infinita que te rodea
¿Te has parado a imaginar la infinitud de formas de vida diferentes que coexisten contigo en este momento? La mente ni siquiera llega a concebir algo así: otras personas, animales, plantas, insectos, microbios, bacterias, virus, organismos unicelulares, etc. Pero, para tomar consciencia de ello, basta con que prestes atención a la gran cantidad de estímulos que perciben tus sentidos a cada momento. Olores, sonidos, imágenes, sabores y todo tipo de sensaciones bombardean constantemente tu cerebro, a través de multitud de conexiones físicas. De hecho, los sentidos son una magnífica herramienta de observación y una gran fuente de meditación, si eres capaz de observar sin identificarte con un estímulo concreto. La meditación en los sentidos es una gran herramienta para tomar consciencia del momento presente que, sin duda, te animo a probar en alguna ocasión.
Hay un universo infinito a tu alrededor, pero la mayor parte del tiempo pasa desapercibido para la mente, pues está demasiado «ocupada en sus quehaceres diarios». ¿Por qué no te das un respiro a ti mismo y, simplemente, contemplas la vida que te rodea?
Toda forma de vida, por sencilla que parezca, contiene en sí misma la esencia completa del universo
La grandeza de la vida se encuentra en los más pequeños detalles
La tradición zen nos habla de la necesidad de vivir en el momento presente, centrando nuestra atención en cada gesto, cada acción, cada sorbo de aire… Es una bella forma de expresar una verdad incuestionable: el universo nace y se manifiesta en este momento ante ti. Pasado y futuro son abstracciones mentales, basadas en una historia personal que radica en la memoria. Pero, ¿dónde está la vida real? En el único momento y lugar posibles: Aquí y Ahora. No importa lo sencilla que sea tu vida, o lo simples que sean las cosas que te rodean. La grandeza de la vida se manifiesta precisamente en todo aquello que, a lo ojos de la mente, parece más insignificante. Deja que te proponga algunos ejemplos:
- Observar una salida/puesta de sol.
- Acariciar a tu mascota.
- Contemplar cualquier manifestación de la naturaleza, desde un árbol, una ardilla o un simple insecto.
- Hablar con otra persona, independientemente de las ideas que se expresen. La comunicación es una herramienta maravillosa de conexión entre seres humanos, más allá del uso que se le de.
- Escuchar el sonido de los pájaros en un parque.
- Observar tu propia respiración.
Podría seguir eternamente y, en todos los casos, se trataría de ejemplos de situaciones muy cotidianas, que aparentemente no tienen ningún valor. Al fin y al cabo, todos los sueños y todas las metas en la vida giran en torno a acontecimientos mucho más complejos y artificiales. Acumular dinero, tener prestigio en la sociedad, conseguir un título, encontrar pareja… todos esos sueños necesitan una cosa para hacerse realidad: tiempo. Y, como tal, son sólo ideas, ilusiones que distraen al «yo» de lo realmente importante: este momento.
En conclusión, sólo mediante la observación sin juicio y la contemplación de la vida que te rodea, especialmente en sus manifestaciones más sencillas, podrás adquirir una perspectiva diferente, que vaya más allá de las ilusiones y fantasías de la historia personal. ¿Y de qué te servirá eso? Muy sencillo: sólo así podrás romper las cadenas de la identificación, del sufrimiento y la necesidad de ser más, de tener más o de llegar a ningún sitio. La proyección del futuro, la expectativa interminable de conseguir más cosas, es una de las principales fuentes de frustración y dolor del ser humano. Haz la prueba; vive, en lugar de pensar que vives.