A lo largo del curso hemos visto cómo elaborar líneas simples de I-ching, posteriormente estudiamos los trigramas y finalmente los hexagramas, así como distintas aplicaciones prácticas de cada uno de ellos. En esta octava lección vamos a ver los tipos de pregunta más habituales y el método más útil para responderlas. (El dragón es un símbolo muy relacionado con la leyenda del origen del I-ching). ¿Qué preguntas podemos hacer al I-ching?Lo primero que hay que tener claro, al utilizar el I-ching, es qué queremos consultar y qué objetivo tiene nuestra consulta. No es lo mismo analizar la situación laboral de una persona en determinada empresa que consultar sobre la conveniencia de hacer un viaje o emprender un determinado proyecto. En función del tipo de pregunta que deseemos hacer, habrá que utilizar el I-ching de una u otra manera, aunque siempre siguiendo un mismo esquema. Los tipos más comunes de pregunta que se pueden realizar al I-ching son:· Preguntas tipo si/no: Personalmente estoy en contra de realizar este tipo de preguntas al I-ching, pues considero que desvirtúan la esencia de un texto tan rico en matices y con una profundidad tan elevada, corriendo el riesgo de convertirlo en un “juego de las adivinanzas”. Es preferible, en lugar de buscar una respuesta “si-no”, utilizar el I-ching para analizar la situación o decisión que estamos consultando. Una simple línea, Yin o Yang, proporciona información muy útil para este tipo de consultas. Por ejemplo, una consulta útil sería: ¿Es buen momento para emprender este proyecto? O ¿Debo tomar una decisión ahora o esperar a que sea el momento? Como ya sabéis a estas alturas, la línea simple nos proporcionará una respuesta muy clara a este tipo de preguntas, pero de una forma mucho más completa que si buscásemos únicamente una respuesta de sí o no. Así, una línea Yin aconseja cautela, reflexión, esperar y no tomar decisiones a la ligera, etc., mientras que la línea Yang aconseja acción, emprender caminos, tomar decisiones, etc. Este tipo de respuestas son mucho más ricas y útiles a la hora de buscar una respuesta clara y directa. · Preguntas generales o relativas a nuestra relación con los demás o con nosotros mismos. El hexagrama es el instrumento más útil y complejo que nos proporciona el I-ching y, por tanto, es útil para realizar cualquier tipo de consulta. Pero el trigrama será muy útil para preguntas genéricas del tipo ¿En qué momento de mi vida profesional me encuentro?, ¿Cuál es la situación de mi relación de pareja? o, como ya expliqué en su momento, ¿Cuál es el signo del I-ching que está escrito en mi nombre?. Podemos utilizar el trigrama, por tanto, como guía para este tipo de preguntas un tanto genéricas, pues los 8 trigramas, basados en distintas fuerzas de la naturaleza, nos proporcionan información muy útil sobre nuestra relación con cuanto nos rodea y con nosotros mismos. · Analizar una situación en profundidad. Aquí si será preciso recurrir al hexagrama, que es la mayor fuente de información de que dispone el I-ching. Mediante el hexagrama y sus distintas mutaciones será posible establecer un análisis completo de cualquier asunto, ya sea en el ámbito profesional, económico o afectivo, así como su evolución en el tiempo. Precisamente el concepto de mutación es una de las aportaciones más valiosas del I-ching y que, al mismo tiempo que añade una gran complejidad a su interpretación, también aumenta sus posibilidades y su profundidad de forma casi infinita.El hexagrama, por tanto, nos servirá para responder preguntas específicas y analizarlas en profundidad, como: ¿Cuál es mi grado de compatibilidad con determinada persona? ¿Cómo se desarrollará el proyecto que acabo de emprender? ¿Se solucionarán mis problemas económicos? ¿Cómo debo afrontar cierta situación?