Esta es una de las grandes preguntas de la humanidad, desde tiempos inmemoriales. Y también es una de las cuestiones que más miedo causan a cualquier persona, independientemente de su sexo, nacionalidad, nivel intelectual o condición física. ¿Hay vida después de la muerte? La simple pregunta, al escucharla, genera cierto respeto, cierto silencio, ¿verdad? Sin embargo, como siempre, te propongo abordar este tema de una forma muy directa, comenzando por el principio.
La respuesta a si hay vida después de la muerte está ante ti, te guste o no
En primer lugar, vamos a analizar una cuestión: ¿qué significa para ti estar vivo? ¿Es el pensamiento la muestra de que existe vida en ti? ¿O tal vez las sensaciones, imágenes, sonidos y estímulos que recibes de tus sentidos son lo real? ¿Qué medios tienes, en este momento, para demostrar a otra persona que estás vivo/a? Quizá pienses que la respuesta a estas preguntas es muy sencilla, que estar vivo es algo palpable, que puedes percibir y sentir en este momento. Pero, como siempre suelo decir, si quieres encontrar la verdad debes ir siempre al principio, al origen de las cosas. Lo repetiré nuevamente: ¿qué pruebas tienes, en este instante, de estar vivo/a? Deja que conteste yo a esta pregunta…
La vida personal, con sus problemas, sueños, fantasías, miedos, etc., no es la vida real, sino una «consecuencia» de esta. La mente, una vez activa, recrea constantemente unos patrones de pensamiento y unos hábitos, nacidos de las innumerables redes de impulsos eléctricos que conectan las neuronas del cerebro. Todo cuanto crees o has creído alguna vez ser (padre, madre, hijo, nieto, empleado, jefe, abogado, arquitecto o cualquier otra etiqueta que se te pueda ocurrir), es sólo eso: una palabra, o muchas palabras, albergadas en tu memoria. Y esa memoria, para seguir funcionando, depende totalmente de esa red neuronal, de la capacidad funcional de un cerebro físico, formado por materia orgánica que, como todo lo que nace, debe morir llegado el momento. Luego ten clara una cosa: tu historia personal, tu nombre, tu identidad y tus sueños no sobrevivirán a la muerte. Eso es una realidad palpable, pues si miras a tu alrededor, verás cómo ninguna persona que ha muerto ha podido continuar con su historia personal en este mundo, ¿verdad?
Pero tampoco servirá de nada fantasear con renacimientos en un universo paralelo, en un mundo de felicidad futuro o en un «cielo». ¿Qué son todas esas ideas acerca de la vida después de la muerte? Sólo eso: ideas, teorías que el «yo» se esfuerza en creer, en defender a capa y espada para sentir que, de algún modo, su paso por este mundo no será efímero. Da igual quién te haya contado que existe un paraíso tras la muerte. Da igual dónde lo hayas leído, o cuantos años hace que se escribió determinado libro. Todo eso siguen siendo ideas y teorías acerca de algo que desconoces y, por mucho que te esfuerces en creerlas, eso no impedirá que, en el fondo, sepas que sólo son fantasías mentales.
Según lo analizado hasta aquí, ya podemos concluir que hay dos cosas que no pasarán tras tu muerte: tu historia personal no seguirá estando ahí, ni tampoco nacerás en otro mundo, en un paraíso de felicidad eterna. Entonces, ¿qué hay tras la muerte? ¿La nada más absoluta? Eso no deja de ser otra teoría más, pues no puedes saber, ni siquiera imaginar, qué es realmente esa nada. Cualquier teoría acerca del vacío, por muy compleja y sofisticada que sea no dejará de ser una teoría, igual que lo son las teorías acerca de la materia, los espíritus o la reencarnación.
La respuesta más sencilla
Si quieres saber si hay vida después de la muerte, empieza por descubrir si hay vida en este momento, Aquí y Ahora. Todo lo que asocias con tu vida es pasajero, no estará ahí para siempre. ¿Qué mejor momento que este para analizar este asunto de forma sincera? Actúas como si fueras a vivir para siempre, como si tu historia personal no tuviese un final. Pero afortunadamente no es así, porque realmente ¿de qué te serviría perpetuar el sufrimiento, el miedo y la identificación con esa pequeña idea en tu cerebro que es el «yo»?
Esta es la respuesta más sencilla a la pregunta de si hay vida después de la muerte: la vida no es lo que la mente humana imagina. No es un conjunto de pensamientos, asociados a un personaje, que van dando forma a una historia de sufrimiento y drama personal. Tampoco es la nada, el vacío absoluto, porque esa es otra idea. ¿Qué es la vida? La vida es este momento, Aquí y Ahora. No hay nada más, no lo busques. Ni habrá nunca nada más. No tienes otra cosa a la que aferrarte, por mucho que lo intentes. No puedes viajar al pasado, ni al futuro. Y tampoco puedes abandonar lo que estés haciendo en este instante.
Y, lo más importante de todo, la vida es desconocida. No hay una «fórmula mágica» para comprenderla. No puedes saber qué es vivir, porque tu cerebro es una consecuencia de esa vida, una parte limitada del conjunto. La vida es algo mucho más grande pero, al mismo tiempo, mucho más pequeño. No tiene límites, ni forma, pero todo el universo se manifiesta gracias a ella.
Deja que responda nuevamente: ¿Hay vida tras la muerte? Para el ego no, por supuesto. ¿Significa eso que hay nada, que ahí termina toda existencia? Por supuesto que no, pero para el «yo soy» sí terminará todo, no lo dudes. ¿Es eso algo malo? Si todavía te cuestionas esta pregunta, es que no has investigado qué es la vida de una forma sincera. Comienza por adentrarte en lo desconocido, Aquí y Ahora.