¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Qué has venido a hacer a este mundo? ¿Cuál es la razón por la que todo es tal como es? Seguro que estas preguntas y otras similares han surgido en tu mente en más de una ocasión, ¿verdad? De hecho, es una cuestión que ha acompañado al ser humano desde tiempos inmemoriales. La consciencia de sí mismo confiere al hombre, entre otras cosas, la capacidad de cuestionarse su propia existencia. Pero, ¿cuál es la respuesta a estas preguntas? ¿Dónde podemos encontrarla?
¿Cuál es el sentido de la vida? La respuesta no está en la mente.
Seguramente has pensado en más de una ocasión sobre esta cuestión, pero por más que intentes hacer un acto de fe, o creer lo que digan los maestros o sus escrituras, la duda siempre permanece, y no parece haber solución. Creer en una vida más allá de la muerte, en la existencia de un cielo o un infierno, puede proporcionar cierto consuelo, pero seguirá sin dar respuesta a la pregunta. ¿Cuál es el sentido de la vida? La repuesta no está en la mente, no se puede razonar o encontrar con palabras. Pero, sin embargo, la solución está muy cerca…
Como repito a menudo en mi libro, para encontrar el sentido de tu existencia, debes comenzar por el principio. Responde primero a estas preguntas:
- ¿Quién existe?
- ¿A qué existencia quieres buscar sentido?
- ¿Quién o qué eres realmente?
- ¿Quién se hace estas preguntas?
<<Sólo si comienzas por conocerte a ti mismo, por encontrar tu propio ser, podrás encontrar la verdad de tu existencia.>>
El «yo soy» seguramente tenga muchas respuestas a estas cuestiones, del tipo: «soy fulano, tengo x años, me dedico a esto o lo otro…». ¿Es eso lo que tú realmente eres? Es evidente que no, tan sólo son etiquetas, nombres asociados a una imagen mental de ti mismo, que te permiten desenvolverte en el día a día. Pero también está claro que esa no es la respuesta que estás buscando. De hecho, la mente no puede encontrar la respuesta, porque la verdad está más allá del pensamiento, más allá de la historia de dolor y sufrimiento asociada a tu «yo» y más allá de tus expectativas de futuro o de tus creencias.
Más allá de las responsabilidades cotidianas, de las obligaciones familiares o profesionales, ¿qué sentido tiene tu vida? ¿Qué harás cuando todo lo que ocupa tu tiempo cada día ya no esté ahí? La religión ha intentado, en sus múltiples formas, dar respuesta a estas preguntas y ofrecer a los seres humanos una guía, un camino a seguir, pero por más que estudies textos antiguos o apliques técnicas aprendidas, sólo cuando vivas tu propia respuesta encontrarás la verdadera paz interior.
El sentido de la vida está ante ti, Aquí y Ahora
Abandona la búsqueda por un momento. Deja de cuestionarte todo cuanto te rodea. No busques más filosofías, ni más técnicas, ni más maestros a los que seguir. La búsqueda nunca tendrá final mientras sigas identificándote con esa voz de tu cabeza, mientras el «yo soy» centre tus actos, tu búsqueda y tu vida. Toda tu historia personal, todos tus recuerdos y todas tus vivencias, son sólo eso: recuerdos en tu mente. Deja de intentar proteger a ese «yo» pequeñito e indefenso. Déjale ir. ¿Qué quedará entonces? Sólo lo que realmente existe, algo desconocido para tu mente, algo que no puedes entender ni retener en tu memoria: tú mismo.
Eres mucho más importante de lo que siempre has creído. Tu historia personal es sólo un límite más en tu mente, pero no tiene por qué ser siempre así. ¿Quieres saber cuál es el sentido de la vida? El que tú le estás dando, de manera silenciosa y espontánea, Aquí y Ahora. No necesitas buscar un «futuro feliz», ni tener más, ni llegar a ser nada que no seas. Ya eres todo, ya eres completo. La respuesta a todas tus preguntas está en ti mismo, Aquí y Ahora. Vívelo, en lugar de pensar en ello.