La búsqueda de la felicidad es una de las grandes quimeras del ser humano. En el fondo, casi todos los esfuerzos del «yo» en su día a día, sean cuales sean las circunstancias que le rodeen, se encaminan a buscar la respuesta a la misma pregunta: cómo ser feliz. Y la búsqueda de la felicidad es una de las grandes «excusas» de las personas para acercarse a la filosofía, la religión y la espiritualidad.
Sin embargo, sea cual sea el camino recorrido, la felicidad siempre parece escapar a nuestras manos. Por mucho dinero que tengas, por muchos logros que consigas y por mucho que quieras a tus seres cercanos, la felicidad nunca será completa. Siempre habrá algo más, algún sitio al que llegar o algo que conseguir. ¿Cómo ser feliz en un mundo hostil, en el que el dolor y el sufrimiento no parecen tener fin? La respuesta es clara: el «yo» nunca alcanzará la felicidad plena, porque no existe.
Deja de buscar teorías sobre cómo ser feliz y enfréntate a este momento, Aquí y Ahora
No necesitas conseguir una felicidad ideal. No necesitas llegar a nada en un hipotético futuro. Todas esas ideas proceden de una historia personal irreal, basada en el miedo y en el dolor del pasado. Antes de preguntarte cómo ser feliz, cuestiónate que es realmente esa felicidad que buscas:
- El concepto de felicidad hace alusión a una emoción muy subjetiva. Diferentes personas te darán visiones muy distintas sobre cómo ser feliz. ¿Quién puede decirte qué es exactamente alcanzar la felicidad? Es tan sólo una idea, nada más.
- La felicidad, como toda emoción, es pasajera y efímera. Como todo lo que tiene un opuesto, felicidad e infelicidad se alternan en una danza constante.
- La búsqueda de la felicidad implica tiempo y un esfuerzo imposible por conseguir algo que no tienes. El mero hecho de buscarla como un ideal, implica que siempre será algo inalcanzable.
- En lugar de buscar ese ideal, ¿por qué no te cuestionas cómo ser feliz Aquí y Ahora? ¿Te lo has planteado realmente?
En resumen, no necesitas buscar la felicidad, ni conseguir nada que no tengas en este momento. Esa es la clave de la verdadera Paz Interior: acepta al mundo que te rodea y acéptate a ti mismo tal como eres, Aquí y ahora. Ya eres perfecto. Ya estás en casa.